Pergeño

Fernando Guzmán, “el estorbo”

En 1999, cuando Francisco Ramírez Acuña buscaba desde la Presidencia Municipal de Guadalajara la candidatura al Gobierno del Estado, no ocultaba la molestia que representaba para él la figura del entonces secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, a quien consideraba un potencial adversario.
Surgidos de grupos y corrientes distintas, incluso ideológicamente antagónicas, uno formado en la tradición “
"doctrinaria” del Partido Acción Nacional (PAN), el otro incorporado en los ochenta desde la plataforma calificada como “ultraderechista” del organismo denominado DHIAC, estaban en las antípodas de un panismo que ya había conquistado el poder en Jalisco, pero ahora dirimía qué corriente controlaría al partido y al Gobierno.

A nueve años de distancia, la historia ha dado la vuelta para regresar al mismo punto. Sólo que ahora la pugna se materializa entre el propio Guzmán (otra vez secretario de Gobierno) y uno de los principales discípulos de Paco, el coordinador de los diputados panistas en el Congreso del Estado, Jorge Salinas Osornio, quien ya declaró que pretende seguir los pasos de su mentor, buscando el próximo año la alcaldía tapatía.

Motivos, o pretextos, no han faltado para que estos dos personajes se enfrenten públicamente, intercambien acusaciones y se descalifiquen. En los días recientes, el tema de debate, que a veces raya en pleito callejero, ha sido la aprobación del aumento de 500% al financiamiento de los partidos políticos que aprobó el Congreso, y que ahora es combatido mediante controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por el Gobierno de Emilio González, a través de Guzmán.
El viernes pasado (22 de agosto), en el programa “Cara a cara” del Grupo Promomedios Radio, le pregunté al secretario si a su juicio él resulta un “estorbo” para el coordinador de los diputados panistas, Jorge Salinas, a lo que respondió:
“Pues mira, yo creo que a veces no es cómodo cuando hay una diferencia y se expresa sobre la mesa… A veces se quisiera desde el Congreso, o desde una coordinación parlamentaria, decidirlo todo, y cuando hay opiniones distintas, cuando se tiene que formular observaciones, a veces hay molestia. Pero debemos tener madurez, corresponsabilidad, buscar acuerdos y la responsabilidad es por la encomienda del gobernador, que debo asumir, en la relación con el Congreso. Debe haber cordialidad y diálogo, pero también buscar que el Estado de derecho se mantenga, que las opiniones jurídicas sobre los temas legislativos se manifieste, y quizá quisieran ver al secretario de Gobierno como empleado del Congreso. No debe ser una relación de subordinación, sino una relación de respeto y de diálogo”.

— ¿Hace cuánto fue su última conversación con el diputado Jorge Salinas?
— Hace algunos días… He estado a la espera de platicar estos temas, no ha habido diálogo amplio en ese tema. Ofrecen diálogo pero no abren la puerta. He platicado con los coordinadores del PRD, del PRI y del Verde, pero ha habido algunas descalificaciones por esta posición del gobernador; se debe tener madurez para discutir los temas sin violentar el lenguaje mismo. Yo invito al coordinador de los diputados panistas, Jorge Salinas, a que reflexione, y que haga una modificación a la baja en los recursos a los partidos. Me mantengo abierto al diálogo para éste y otros temas.

La pelota cambió de cancha.

VÍCTOR E. WARIO / Periodista.
Correo electrónico: vwario@informador.com.mx
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