Los principales aspectos que se les presentaron a los diputados visitantes fueron seguridad, infraestructura para movilidad, impulso al Museo Guggenheim, así como para los Juegos Panamericanos.
La conveniencia de todos estos tópicos es incuestionable, aunque ninguno de ellos se materializa sólo con dinero. Como bien dijeron algunos líderes empresariales, resulta indispensable que se depuren los cuerpos de seguridad, ubicando y retirando a los elementos que estén involucrados con bandas criminales, lo cual, además de recursos económicos, requiere de otro tipo de estrategias y compromisos que a la luz de los hechos difícilmente se consiguen con sólo buena voluntad.
Por lo que se refiere a la infraestructura de transporte que requiere la Zona Metropolitana de Guadalajara, basta con recordar que cuando la Ciudad de México contaba con una población como la que hoy hay aquí, ya estaban en marcha las obras del Metro, mientras aquí a lo más que se aspira es a contar con unas cuantas avenidas con autobuses articulados, que difícilmente representan una solución integral y profunda al taponamiento que un día sí y otro también padecen los tapatíos.
En cuanto al desarrollo de la ciudad, pocas oportunidades existen como los Juegos Panamericanos y un museo de primer mundo, como lo es el Guggenheim, para cambiar la fisonomía y dinámica de la metrópoli, ya que ambos proyectos pueden complementarse para impulsar la construcción de infraestructura que acabe atrayendo de manera continua talento y turismo a nuestra ciudad.
Para que todo lo anterior se logre, hace falta muchísimo trabajo interno que garantice tener proyectos listos, es decir, no sólo esbozados, sino perfectamente diseñados y evaluados para que puedan ser discutidos, aprobados y llevados a cabo.
Quedarse en el terreno de las ilusiones y las buenas intenciones, es algo que ha caracterizado a nuestro Estado por varios lustros, y el destino nos ha cobrado la factura mediante la pérdida de calidad de vida y de competitividad comparado con otras entidades del país.
El hecho de que la Secretaría de Finanzas no haya sido capaz de ejercer más allá de 80% de los recursos de que dispone por falta de proyectos, es una muestra clara de todo el trabajo que hace falta hacer para pasar del terreno de los proyectos, al de los hechos.
Habrá que dejar claro que no basta con convencer sobre la necesidad de que nos asignen recursos, sino demostrar capacidad y talento para lograr materializar los proyectos, no vaya a ser que por no saber usar los fondos, decidan no confiárnoslos.
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