Lo que en marzo de 2006 fue una de las mejores noticias que Guadalajara pudo recibir, al ser designada sede de los Juegos Panamericanos de 2011, más de tres años después, en vez de ser un asunto de orgullo para todos los habitantes de esta ciudad, está siendo objeto de pleitos políticos.
Penosamente, el tema de los Juegos Panamericanos ha sonado más en todo el Continente por sus problemas para salir adelante, pese a que el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 (COPAG2011) ha cumplido hasta ahora con su programa de construcción de escenarios deportivos.
Y es que la construcción de la Villa Panamericana ha sido la “manzana de la discordia”, pues no encontró el apoyo de las autoridades: los regidores tapatíos no autorizaron el endeudamiento por mil 200 millones de pesos para edificarlo en el Parque Morelos, ni después uno por 500 millones de pesos.
Ahora, el COPAG2011 le busca a este inmueble, corazón de la infraestructura panamericana y que luego se convertirá en vivienda pública, una nueva sede.
La política debe ser dejada a un lado y todos quienes tienen que ver con este evento continental, deben entender que albergar unos Juegos Panamericanos no sólo es un asunto de deporte como tal, sino también de proyección para Guadalajara. Dicho de otra forma, es ver a la Perla Tapatía por un momento como el centro cultural, económico y turístico de todo el Continente Americano.
Y algo no menos importante: que dejará como consecuencia infraestructura deportiva de primer mundo para las futuras generaciones.
Deben los actores principales de este proyecto quitarse las etiquetas partidistas y apoyar a la ciudad en un proyecto que, sin duda, sólo traerá beneficios para una sociedad tapatía que, fuera de los dos mundiales de futbol que ha tenido México, nunca ha sido por sí misma la casa de algo tan grande como lo son estos juegos. Hay que ayudar a Guadalajara a ser importante, de otro modo sólo se quedarán luego los lamentos de ser una ciudad tercermundista.
Penosamente, el tema de los Juegos Panamericanos ha sonado más en todo el Continente por sus problemas para salir adelante, pese a que el Comité Organizador de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 (COPAG2011) ha cumplido hasta ahora con su programa de construcción de escenarios deportivos.
Y es que la construcción de la Villa Panamericana ha sido la “manzana de la discordia”, pues no encontró el apoyo de las autoridades: los regidores tapatíos no autorizaron el endeudamiento por mil 200 millones de pesos para edificarlo en el Parque Morelos, ni después uno por 500 millones de pesos.
Ahora, el COPAG2011 le busca a este inmueble, corazón de la infraestructura panamericana y que luego se convertirá en vivienda pública, una nueva sede.
La política debe ser dejada a un lado y todos quienes tienen que ver con este evento continental, deben entender que albergar unos Juegos Panamericanos no sólo es un asunto de deporte como tal, sino también de proyección para Guadalajara. Dicho de otra forma, es ver a la Perla Tapatía por un momento como el centro cultural, económico y turístico de todo el Continente Americano.
Y algo no menos importante: que dejará como consecuencia infraestructura deportiva de primer mundo para las futuras generaciones.
Deben los actores principales de este proyecto quitarse las etiquetas partidistas y apoyar a la ciudad en un proyecto que, sin duda, sólo traerá beneficios para una sociedad tapatía que, fuera de los dos mundiales de futbol que ha tenido México, nunca ha sido por sí misma la casa de algo tan grande como lo son estos juegos. Hay que ayudar a Guadalajara a ser importante, de otro modo sólo se quedarán luego los lamentos de ser una ciudad tercermundista.
Síguenos en