Oportunidad inmejorable

A propósito de la reciente visita de Barack Obama a Guadalajara, se propusieron desde el Gobierno estatal algunas reflexiones positivas sobre las ventajas que ofreció la ciudad a los mandatarios de Estados Unidos y Canadá a fin de que, teniendo presentes las estrictas medidas de seguridad y prevención que son exigidas para ellos, aceptaran estar presentes aquí.

Abundaron también, las reflexiones sobre la existencia o no, de la utilidad inmediata que dejaría a nuestra metrópoli y al Estado, la Cumbre de Líderes de América del Norte.

A la distancia, ninguna consideración es definitiva y puede haber cabida tanto para posturas escépticas como totalmente optimistas.

Sin embargo, al margen de la posibilidad de convertirnos en anfitriones regulares de encuentros diplomáticos o políticamente importantes, hay un reto en puerta que, de no cumplirse, podría acabar con los sentimientos de orgullo y aún peor, dejar consecuencias negativas por muchos años: la organización de los Juegos Panamericanos del año 2011.
Son muchos los ejemplos de ciudades que han pasado a posiciones de liderazgo después que fueron sedes de eventos internacionales como el que se plantea. Incluso, mejoraron radicalmente las condiciones de vida para sus habitantes y se volvieron ejemplo a seguir.

Guadalajara, con su problemática particular y el evidente desafío de proporcionar servicios y satisfacer las necesidades de su siempre creciente población, está ante la ocasión histórica de concretar un acuerdo en el que participen sus mejores liderazgos y se involucre a la ciudadanía, pues de acuerdo con lo propuesto por el Gobierno municipal, de la organización de la justa deportiva puede surgir el impulso para recuperar la bonanza del Centro Histórico, perdida años atrás, y generar a partir de este punto geográfico una ola de beneficios que se extienda por mucho tiempo.
En esto coinciden académicos, líderes empresariales y personajes que han tenido la experiencia del éxito de proyectos similares.

Pero quienes no comparten esa visión son algunos miembros de la clase política que desde el Gobierno de la ciudad podrían cancelar la opción inmejorable que se presenta. A ellos, varias voces les piden responsabilidad, generosidad, una visión desinteresada y apegada no a grupos o partidos, sino a toda la comunidad.
Tienen la palabra.
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