La cancelación del proyecto para edificar la Villa Panamericana en los alrededores del Parque Morelos, anunciada ayer por el alcalde tapatío Alfonso Petersen, lejos de considerarse un tropiezo para la administración municipal debe verse como una gran oportunidad para que el Centro Histórico recobre vitalidad, se redensifique y recupere el esplendor que los viejos tapatíos recuerdan con añoranza y las nuevas generaciones esperan, una realidad que está al alcance ya no del actual Gobierno, pero sí de los que le sucederán, si se tiene la visión que se requiere para beneficiar a la ciudad y sus habitantes.
Durante meses se trabajó en el llamado Proyecto Alameda para construir ahí la Villa que dará albergue a los atletas que competirán en los Juegos Panamericanos de 2011, y de hecho se avanzó bastante. Sin embargo, la dificultad para encontrar las vías de financiamiento para el mismo no funcionaron, y finalmente se decidió que la construcción del complejo habitacional habrá de ser en otro sitio. Pero los avances ahí están, el municipio cuenta ahora con un patrimonio urbano extra: los terrenos adquiridos en los alrededores del Parque Morelos, esperando ser aprovechados para el fin que se perseguía con la Villa: redensificar el Centro.
Guadalajara resultará doblemente beneficiada: tendrá Villa Panamericana en donde finalmente se decida su construcción, y además cuenta ya con terrenos en las inmediaciones del Parque Morelos para ser aprovechados en un proyecto integral, bien pensado, consensuado y lo más importante, sin presiones y con todo el tiempo para llevarlo a cabo. No hay prisas ni plazos, ahora se puede pensar con toda calma en qué es lo que más conviene, qué tipo de vivienda construir, de qué servicios dotarla, qué infraestructura habrá de requerir y, sobre todo, con la mira puesta en que sea el punto de partida para la revitalización del centro tapatío.
Esta oportunidad que se le presenta a Guadalajara como hacía muchos años no la tenía, no debe ser desaprovechada, y en ello la participación del Patronato del Centro Histórico será muy importante, tanto como la voluntad política de los próximos gobernantes de la ciudad.
Durante meses se trabajó en el llamado Proyecto Alameda para construir ahí la Villa que dará albergue a los atletas que competirán en los Juegos Panamericanos de 2011, y de hecho se avanzó bastante. Sin embargo, la dificultad para encontrar las vías de financiamiento para el mismo no funcionaron, y finalmente se decidió que la construcción del complejo habitacional habrá de ser en otro sitio. Pero los avances ahí están, el municipio cuenta ahora con un patrimonio urbano extra: los terrenos adquiridos en los alrededores del Parque Morelos, esperando ser aprovechados para el fin que se perseguía con la Villa: redensificar el Centro.
Guadalajara resultará doblemente beneficiada: tendrá Villa Panamericana en donde finalmente se decida su construcción, y además cuenta ya con terrenos en las inmediaciones del Parque Morelos para ser aprovechados en un proyecto integral, bien pensado, consensuado y lo más importante, sin presiones y con todo el tiempo para llevarlo a cabo. No hay prisas ni plazos, ahora se puede pensar con toda calma en qué es lo que más conviene, qué tipo de vivienda construir, de qué servicios dotarla, qué infraestructura habrá de requerir y, sobre todo, con la mira puesta en que sea el punto de partida para la revitalización del centro tapatío.
Esta oportunidad que se le presenta a Guadalajara como hacía muchos años no la tenía, no debe ser desaprovechada, y en ello la participación del Patronato del Centro Histórico será muy importante, tanto como la voluntad política de los próximos gobernantes de la ciudad.
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