Moreira y el PRI

Sin duda la noticia más sobresaliente en materia política, y la política sigue siendo la madre de cambios y revoluciones, fue la toma de posesión de la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional, mejor conocido por PRI, que en realidad constituye el sustratum de lo que significa para el pueblo mexicano en general la política, como elemento fundamental de cambios, de logros de mejoramiento de la calidad de la vida, de la libertad de disentir, de proponer, de ser escuchado, de tal modo que las instituciones nacionales, en este caso, se cambien de acuerdo con principios inalienables de justicia y de equidad, para así lograr la paz social y la estabilidad política, ahora perdidas o difusas, premisas básicas para lograr cambios efectivos y fundamentales.

Bien, ahora llega al Revolucionario Institucional, Humberto Moreira, norteño, profesor normalista, pero sobre todo carismático que mucho habla de su condición humana, como político y como mexicano de una generación que tiene la oportunidad de promover y de hacer valer propuestas que realmente beneficien a las clases sociales más marginadas del país, donde ya no sabemos si se combate a los pobres o a la delincuencia organizada. Maestro de la ironía y del retruécano, configura un nuevo modelo de política y de hacer política.

Moreira, en efecto, es un político que logró poner de relieve cual es en efecto la fuerza del partido político creado por Calles, y que a lo largo de su historia, sin perder el origen y las causas políticas que lo crearon, primero como Partido Nacional Revolucionario, después como Partido de la Revolución Mexicana, por Cárdenas, y ahora como Partido Revolucionario Institucional, sigue apoyándose en la lealtad a sus principios, que vienen a ser genuinamente producto ideológico del pueblo mexicano que, a través de sus luchas libertarias, logró al fin de cuentas integrar una doctrina política, una doctrina filosófica de acuerdo con sus propios usos y costumbres, es decir de acuerdo con su imagen y semejanza. En cambio, precisemos que hay partidos políticos alimentados con principios políticos exógenos, extraños a nuestra propia realidad histórica. Es ahí, donde estriba la fuerza de ese organismo político, y la razón de ser de su sobrevivencia.

Y lo anterior se puede corroborar por el simple hecho de que sin sobresaltos, Moreira se convirtió en el candidato de unidad, porque la grey priista se cohesiona en la disciplina, en la unidad en torno a un principio básico, los intereses de México y de su pueblo, por lo que los retos inmediatos que habrá que enfrentar Moreira, lo hará de manera explícita, es decir en donde el pueblo, caso sucesión gubernamental en el estado de México, logrará los propósitos que requiere. Al fin de cuentas, a ese partido político se debe mucho de la configuración del México moderno, porque hay que recordar que al fin y al cabo, la política es una ciencia, una ciencia social que debe promover los cambios en beneficio de la sociedad, y seguramente Moreira, el nuevo dirigente, con su brío juvenil, con su carisma y su lealtad, mucho ha de lograr en los tiempos in¬mediatos de la vida de México.
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