La decisión de cómo y a quién repartir los bienes al fallecimiento es una cuestión importante en la vida de las personas, y el testamento es la institución clásica, el medio para hacer constar la voluntad. Pero en nuestro país la cultura de testar no está generalizada, e incluso pocas personas se atreven a hablar de ello, y en esto influyen razones muy variadas, especialmente el miedo a la muerte, y cuando se trata el tema la justificación del porqué no se hace testamento siempre es la misma: “No pienso morirme, por el momento”. Pero hay que tomar en cuenta que el testar ni nos acerca ni nos aleja de la muerte.
El hacer un testamento no es exclusivo de las personas ricas, todos, ricos y pobres, tenemos algo que a nuestra muerte dejaremos, sea poco o mucho, y quien muere sin testar de cualquier manera hereda problemas, conflictos familiares o desamparo. Hay que tener presente que hacer un testamento es un acto de amor y protección a la familia, y el hacerlo puede contribuir a vencer el temor que inspira dejar esta vida, sabiendo que no se dejarán problemas.
En “Septiembre, mes del Testamento”, se pone al alcance de todos la realización de este trámite que todos deberíamos realizar. No se necesita ser poseedor de una fortuna, por mínimos que sean los bienes y patrimonio se les deben dar un destino final para que no se pierdan ni sean ocasión de problemas posteriores. Aprovechemos las facilidades que en este mes se tienen.
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