En serios aprietos metió don Germán Martínez Cázares, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), a sus propios correligionarios, cuando los conminó, hace poco más de una semana, en el Consejo Nacional que se celebró en León, a “guanajuatizar” el país en 2009.
¿Se referiría a las bravías definiciones del insigne José Alfredo Jiménez, quien decía que en León, Guanajuato, “la vida no vale nada”, y por lo tanto los panistas tendrán que rifársela en el proceso electoral del próximo año con tal de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, y triunfar en las elecciones estatales que habrá? ¿O estaría aludiendo a aquella de que “allí se apuesta la vida y se respeta al que gana”, por lo que les estaría comprometiendo a jugar limpio en los comicios?
O más bien don Germán tenía la mira puesta en lo que ocurrió en Guanajuato en 2006, cuando se realizaron simultáneamente elecciones federales (para Presidente de la República, senadores y diputados) y locales (para gobernador, diputados locales y ayuntamientos). Puede ser, porque ciertamente al PAN le fue en ese Estado mucho mejor que en otros, incluyendo la disputa presidencial, al grado de que obtuvo las senadurías de mayoría, ganó las 14 diputaciones federales, se quedó nuevamente con la gubernatura, así como con 36 de los 46 ayuntamientos y 23 de las 36 diputaciones del Congreso local.
De las dos opciones que aquí se plantean como interpretaciones especulativas a lo dicho por el dirigente nacional del PAN, algunos de los militantes y cuadros dirigentes de ese partido no acaban de tomar nota exacta. Un sondeo hecho por El Universal y publicado el viernes primero de agosto, permitió saber que el verdadero significado de la palabra “guanajuatizar” es todavía un misterio. “Nadie, excepto su líder, Germán Martínez, sabe bien su significado”, dice el diario.
Enseguida ofrece un catálogo mínimo de traducciones que hicieron panistas con cargos relevantes. En su leal saber y entender, “guanajuatizar” es: “Pintar de azul al país”, “una estrategia para extender los triunfos del PAN en Guanajuato a todo el país”, “una metáfora”, o simplemente “un espíritu de unidad”.
En palabras del coordinador de los diputados federales del blanquiazul, Héctor Larios, la palabra significa “llevar a nivel nacional los resultados electorales que el PAN ha tenido en Guanajuato”. Para el senador José González Morfín “el contexto de la frase se debe entender en todo un proceso que hay para llevar al PAN a ganar la elección de 2009. En términos electorales el PAN en Guanajuato ha sido muy exitoso”.
Según el diputado federal de Acción Nacional y miembro del Comité Ejecutivo del partido, Obdulio Ávila, “guanajuatizar” significa “tener en el país la misma estructura y eficacia electoral que se tiene en el Estado de Guanajuato, donde el partido tiene los más altos porcentajes de aceptación electoral, mayor que Jalisco, Aguascalientes y Querétaro, por mencionar algunos”.
En la variedad está el gusto, dicen por ahí. Pero no estaría por demás que don Germán Martínez al menos dejara en claro que “guanajuatizar” no significa desparramar por todo el país a integrantes de El Yunque para que se hagan de los cargos de Gobierno. ¿O no, don Vicente?
¿Se referiría a las bravías definiciones del insigne José Alfredo Jiménez, quien decía que en León, Guanajuato, “la vida no vale nada”, y por lo tanto los panistas tendrán que rifársela en el proceso electoral del próximo año con tal de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, y triunfar en las elecciones estatales que habrá? ¿O estaría aludiendo a aquella de que “allí se apuesta la vida y se respeta al que gana”, por lo que les estaría comprometiendo a jugar limpio en los comicios?
O más bien don Germán tenía la mira puesta en lo que ocurrió en Guanajuato en 2006, cuando se realizaron simultáneamente elecciones federales (para Presidente de la República, senadores y diputados) y locales (para gobernador, diputados locales y ayuntamientos). Puede ser, porque ciertamente al PAN le fue en ese Estado mucho mejor que en otros, incluyendo la disputa presidencial, al grado de que obtuvo las senadurías de mayoría, ganó las 14 diputaciones federales, se quedó nuevamente con la gubernatura, así como con 36 de los 46 ayuntamientos y 23 de las 36 diputaciones del Congreso local.
De las dos opciones que aquí se plantean como interpretaciones especulativas a lo dicho por el dirigente nacional del PAN, algunos de los militantes y cuadros dirigentes de ese partido no acaban de tomar nota exacta. Un sondeo hecho por El Universal y publicado el viernes primero de agosto, permitió saber que el verdadero significado de la palabra “guanajuatizar” es todavía un misterio. “Nadie, excepto su líder, Germán Martínez, sabe bien su significado”, dice el diario.
Enseguida ofrece un catálogo mínimo de traducciones que hicieron panistas con cargos relevantes. En su leal saber y entender, “guanajuatizar” es: “Pintar de azul al país”, “una estrategia para extender los triunfos del PAN en Guanajuato a todo el país”, “una metáfora”, o simplemente “un espíritu de unidad”.
En palabras del coordinador de los diputados federales del blanquiazul, Héctor Larios, la palabra significa “llevar a nivel nacional los resultados electorales que el PAN ha tenido en Guanajuato”. Para el senador José González Morfín “el contexto de la frase se debe entender en todo un proceso que hay para llevar al PAN a ganar la elección de 2009. En términos electorales el PAN en Guanajuato ha sido muy exitoso”.
Según el diputado federal de Acción Nacional y miembro del Comité Ejecutivo del partido, Obdulio Ávila, “guanajuatizar” significa “tener en el país la misma estructura y eficacia electoral que se tiene en el Estado de Guanajuato, donde el partido tiene los más altos porcentajes de aceptación electoral, mayor que Jalisco, Aguascalientes y Querétaro, por mencionar algunos”.
En la variedad está el gusto, dicen por ahí. Pero no estaría por demás que don Germán Martínez al menos dejara en claro que “guanajuatizar” no significa desparramar por todo el país a integrantes de El Yunque para que se hagan de los cargos de Gobierno. ¿O no, don Vicente?
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