¿El caso Bellas Artes?

Según diversos especialistas, la remodelación de la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes se convertirá en todo un caso, pues consideran que ya cobró la primera renuncia, la de Rodrigo Pumarejo, quien acaba de ser destituido del cargo de gerente del recinto, a unas semanas de que informara a los medios de comunicación que el cierre del inmueble no se debió a la corrección de errores, sino a una serie de ajustes propios del edificio.

Las obras de remodelación que ascendieron a más de 700 millones de pesos, han despertado el descontento de usuarios, artistas y algunos especialistas que señalan incluso que sus acabados son “corrientes”. Es el caso de la presidenta del Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), quien anunció desde diciembre que interpondrá una denuncia ante la UNESCO por la alteración de la estética art déco del edificio. Para ello ha convocado a una reunión de expertos e interesados el próximo lunes en la Colonia Roma de la Ciudad de México.

Uno de los interesados es el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, quien solicitó que el caso del Palacio de Bellas Artes pase por sus manos, a través de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal, a quien solicitó emprender un trámite de verificación que podría desembocar en una sanción al INBA, o bien, en la clausura del recinto.

Lo anterior, porque al parecer el Instituto no solicitó el aval a dicha Secretaría, como lo establece la ley, ante la instalación de las nuevas medidas de seguridad, un trámite que a decir del INBA, se hizo al interior del Instituto.

Con lo anterior, la remodelación enfrenta dos procesos, el de la supuesta alteración de sus elementos originales, que será dictaminado por ICOMOS y en su caso por la UNESCO; y la valoración de posibles anomalías que podrían poner en riesgo al público asistente a la sala principal, como la nueva distribución de butacas que eliminó los pasillos a los costados de la platea y prolongó las filas hasta la pared, cerrando así el tránsito natural hacia las salidas laterales.

En lo personal no considero que estemos ante un caso. Es más, no sé a cuento de qué el jefe de Gobierno capitalino se pone en plan inspector. En primer lugar, se trata de un inmueble federal, en segundo, olvida que hace un par de años ordenó demoler de manera arbitraria, pues se encontraba en medio de un litigio, el edificio Regina del Centro de la ciudad para colocar ambulantes.

Olvida también que en la reciente remodelación del Monumento a la Revolución, el elevador habilitado bajo la cúpula no contaba con todas las de la ley. Al final, como en todos los casos de alteración de patrimonio, no pasará nada y Bellas Artes abrirá sus puertas el 28 de enero como está previsto, luego del periodo vacacional.
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