ROSSANA FUENTES BERAIN
La semana en que se recordó el colapso del banco de inversión Lehman Brothers, quebrado el 15 de septiembre de 2008 después de un siglo de operar en Wall Street, marcó el fin de la recesión. El presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Ben Bernanke, declaró que el decrecimiento constante de la economía de su país ha terminado.
Oficialmente pues, se habla de una recuperación, aunque se advierte que el repunte de la economía estadounidense puede ser tan moderado que no habrá una generación de nuevos empleos significativa.
Hay un sector, sin embargo, en el que los números no se ven tan raquíticos, el de ventas de vehículos y autopartes que aumentó 10.6% en agosto. Ahí es donde entra a la escena nacional y mundial el contador público Fernando Turner Dávila, egresado del Tec de Monterrey, maestro en Administración Pública de la Universidad de Harvard y accionista de una empresa llamada Katcon, dedicada a la fabricación, entre otras cosas, de convertidores catalíticos y sistemas de escape.
No tengo el gusto de conocer al señor Turner, pero desde ya me parece alguien a quien seguirle la pista, porque aprovechando las tormentosas aguas de los últimos 12 meses desde el municipio de Santa Catarina se lanzó a conquistar el mundo. Katcon compró una parte de Delphi, la trasnacional de autopartes.
Hoy, cinco plantas ubicadas en Polonia, Sudáfrica, China, India, Australia y dos centros de desarrollo tecnológico en Luxemburgo y Michigan, son propiedad del señor Turner.
Por 17 millones de dólares se compró un boleto para entrar a las grandes ligas desde el mismo país en el que otros menos empresarios, menos dispuestos a asumir el riesgo, pasan buena parte de su tiempo quejándose de las condiciones del mercado interno.
Por lo pronto, Turner Dávila imaginó que estará celebrando esa recuperación de doble dígito en la venta de vehículos y autopartes en Estados Unidos, porque su visión de largo plazo se empezará a ver recompensada.
Una historia de éxito, cuando menos inicial, en medio de la tristeza que da ver las noticias que se proyectan desde México hacia el mundo.
Tan sólo 24 horas después de que Bernanke anunciara el fin de la recesión, otra vez Ciudad Juárez captura los titulares por una matanza de 15 personas que se suman al saldo rojo de más de cinco mil víctimas fatales en lo que va del año, dentro de un combate en el que el comandante en jefe, Felipe Calderón, sigue sin definir claramente los parámetros para determinar una anhelada victoria sobre el elemento criminal dentro de nuestra sociedad.
Lo bueno y lo malo, al alcance de la mano, lo que proyecta lo mejor de los mexicanos y lo que nos arrastra hacia lo peor concentrado en un país de contrastes.
No se puede hablar de lo uno sin reconocer lo otro… porque, bueno, la realidad es tenaz, y si sólo vemos un lado de la moneda, hacemos un flaco favor a las generaciones futuras.
Obvio que si me preguntan a mí, yo preferiría que la historia del señor Turner se replicase una y mil veces, pero lamentablemente la capilaridad social, el emprendedurismo y las agallas no son elementos que abunden en nuestra sociedad.
Los incentivos para hacer el bien son menos que los que llevan a un muchacho de Ciudad Juárez, de Michoacán o del Distrito Federal a soñarse rico a través de la vía del delito ¿Por qué no, cuando nuestros índices de impunidad son tan altos?
Lo sorprendente debería de ser que más mexicanos sigamos cumpliendo con la ley cuando ésta es tan imperfecta, y cuando menos en mi caso, diciendo sí a los impuestos, sí a pagar 2% de impuesto al consumo etiquetado para atender la pobreza en el país.
En la transmisión de un anuncio por el canal de CNN en español aparece una niña con el dulce acento colombiano preguntándole a su papá si le interesa su futuro, porque en la escuela escuchó que los impuestos sirven para pagar el futuro… que lástima que nos parezcamos hoy más a la Colombia de los 90, con sus narcotraficantes y sus muertos, que a la del siglo XXI que reboza de empresarios y de contribuyentes que apuestan por el futuro. Qué pena.
ROSSANA FUENTES BERAIN / Profesora e investigadora de la Universidad de Guadalajara.
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