Descubrir el “efecto Obama”

¿Cómo convencer a las nuevas generaciones que eso de leer libros no está del todo mal? ¿Cómo convencerlos de que todo lo que necesitan es saber cuáles son sus intereses y cuál su curiosidad para decidir hacerlo, aislarse por un rato del mundanal ruido, usar la imaginación y encontrar cuáles son los libros que lo pueden sacar de deudas, satisfacer sus intereses y deleitarlo con las imágenes creadas en su cabeza?, y, aunque es peligroso decirlo, que pueda aprender algo nuevo, observando la conducta de los personajes y la trama de las obras leídas, para poder compartir, por ejemplo, la soledad que sienten, como la que viven los adolescentes o la soledad de los amantes, pues, no cabe duda, que al enamoramos, abandonamos el “club de Toby” y dejamos de ver a los amigos o en su caso a las amigas, pues como decía el poeta Sabines: “Yo no lo sé de cierto, pero supongo que una mujer y un hombre, algún día se quieren y se van quedando solos poco a poco, algo en su corazón les dice que están solos y solos sobre la Tierra se penetran, se van matando el uno al otro”.

¿Cómo hacerles entender a las nuevas generaciones que si leen “Romeo y Julieta”, o “Como les guste, el manual práctico para los enamorados”, que son una tragedia y una comedia feliz, podrán entender mejor lo que les pasa cuando se van quedando solos y por eso se podrán identificar y entender mejor eso que está detrás o dentro de ellos mismos?

Una manera de hacerlo es si participamos de uno de los tantos programas que hay en la FIL, llamado “Ecos de la FIL”, en donde los autores tenemos la oportunidad de estar un rato con los estudiantes en su propio ámbito para ver si logramos avanzar en esa dirección, platicando de lo que hemos escrito y cómo les podrá servir de algo.

Esta semana estaremos platicando con ellos lo que podría significar la lectura de “Las Historias de Shakespeare”, publicadas por Santillana, escritas en una nueva versión novelada y en ese español que usamos en México, para que ojalá les permita entender mejor los conflictos humanos que nos acosan y ese mundo de las contradicciones como son el amor y el odio, la fidelidad y la traición, la ambición desmedida o el llamado “efecto Obama”, producto de la lectura de “Julio César”, esa historia que la mayoría de la gente conoce, pero que son pocos los que saben de la sabiduría política que está detrás de esta obra, donde conocemos los cuatro dones de un político, como son la presencia o carisma, la capacidad emocional para estar a tono con los ciudadanos, como lo tuvo Marco Antonio en el entierro de Julio César; la inteligencia política de Casio para que se lleve a cabo la conspiración, y a un Bruto que da a conocer su sentido del honor y el deseo de hacer las cosas de una manera correcta. Ojalá lo logremos.

MARTÍN CASILLAS DE ALBA / Escritor y cronista.
Correo electrónico: malba99@yahoo.com
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