Michoacán en estos días, pero también Guerrero, Guanajuato, Morelos, Chihuahua y Sinaloa, entre otros, son estados en que el combate contra la delincuencia emprendida por la administración de Felipe Calderón se manifiesta de una manera especial. La epidemia de influencia A H1N1, primero, y después los días previos a la jornada electoral del 5 de julio, parecieron servir para que hubiera una “tregua” en materia de violencia, pero de nueva cuenta el clima de inseguridad se vuelve tenso.
Los hechos de los últimos días en Michoacán, en donde luego de la detención de un jefe de “La Familia” se vino una cadena de ataques contra las fuerzas de seguridad que han cobrado la vida de al menos 16 elementos de la Policía Federal Preventiva, han encendido los focos de alerta en Jalisco, ante la eventualidad de una incursión de ese grupo delictivo en la Entidad. Ante ello, se han tomado las medidas preventivas conducentes, reforzando la vigilancia en los puntos de revisión instalados por el Ejército en las carreteras del Estado.
Este tipo de acciones, que pueden resultar molestas para el ciudadano, son necesarias y por lo mismo deben ser bien vistas e incluso apoyarlas. Pero más importante es colaborar en la lucha contra el crimen organizado, mediante el único medio al alcance de la sociedad para hacerlo, que es la denuncia anónima, gracias a la cual el Ejército y la Policía han dado fuertes golpes a la delincuencia. La situación de inseguridad que se vive debe preocupar a todos, y contribuir a superarla también es responsabilidad de todos.
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