Decisiones de vida

Cuando un joven acude a una oficina de orientación vocacional de una institución educativa, probablemente no se imagina que está frente a un vendedor, y no con un asesor que se pondrá en los zapatos de su interlocutor. Con trato amable pero envolvente, el anfitrión conduce al visitante hasta que puede contemplar el “exitoso futuro” que le depara una opción.

Pocas veces el funcionario conducirá al joven hacia un programa de estudios que coincida con sus expectativas, pero que le asegure un futuro real y promisorio como profesional. En lugar de ello, trata de llevarlo a aceptar una especialidad que va de acuerdo con las cuotas de grupos abiertos en esa institución. El verdadero propósito del asesor está en colocar al joven-cliente en línea con una opción que le conviene a la institución que imparte el plan de estudios, y no en una que realmente le vaya a beneficiar al muchacho.

Esta situación se repite infinitamente en México. A la postre, este trato clientelar generará saturación de profesionales que no podrán encontrar una actividad productiva que contribuya al desarrollo productivo, tecnológico y comercial del país y, por supuesto, que al joven le ofrezca experiencias laborales interesantes que le retribuyan satisfactoriamente.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), formar un profesional en México cuesta, en promedio, 29 mil dólares. Un tercio de los que se forman lo pagamos todos con los impuestos que luego se destinan a las instituciones públicas de educación superior. Los dos tercios restantes son aportados directamente por las familias de los jóvenes, cuando estudian en instituciones privadas. Este monto, invertido en pagar colegiaturas y libros, pero también en sostenimiento económico de alimentación, vivienda y vestido, resulta una verdadera fortuna para muchos mexicanos, sólo equiparable a la compra de una vivienda.

Por el futuro de cada joven que llega a la educación profesional, técnica o superior, y también del país, se necesita en México que se depure el apoyo de estos procesos, porque son decisiones de vida. La acertada elección de cada uno de ellos es fundamental en el desarrollo y expansión de nuestra nación.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando