Se ha dicho de manera reiterada, que el agua cada vez escasea más en el planeta, nos la estamos acabando de una manera irracional, poniendo en riesgo a las generaciones futuras. Sin embargo, ante esta situación no se toma conciencia de esa realidad y se sigue desperdiciando el líquido en una forma por demás irresponsable, lo mismo en los hogares que en los comercios, las empresas y las industrias.
Se debe tomar en cuenta que todos tenemos la obligación de ahorrar agua, un bien cada vez más escaso, pues sólo 1% de la que hay en nuestro planeta es potable y sin embargo se desperdicia en grandes cantidades, aún cuando no son desconocidas las medidas que pueden ayudar a cuidar el preciado líquido. Cada gota de agua que malgastamos supone un gota menos en un río, un lago, un canal o un embalse. El ahorrar agua contribuye a la reducción del tratamiento de las aguas residuales.
Los ahorros modestos son muy valiosos, y éstos lo pueden hacer cada quien, en cada hogar, sin que ello deba suponer un esfuerzo; basta con pensar que muchas personas no tienen ni para beber. Cuidar el agua ahora, antes de que se agote, permitirá dejar una buena herencia a las generaciones futuras.
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