Convergencia quiere… ¿podrá?

A partir de la última reforma electoral realizada por el Congreso de la Unión —cada que les conviene hacen una nueva—, los partidos políticos conocidos como “la chiquillada” arrancaron en busca de poder alcanzar el porcentaje necesario para permanecer en las ligas mayores, esto es, con el ansiado registro electoral que les permita recibir un importante presupuesto para efectuar las tareas de sobrevivencia.

En esas condiciones se encuentra el partido Convergencia, que a nivel nacional comanda Luis Maldonado Venegas, mientras que en Jalisco Diego Corona Cremean aceptó el reto de revivir un ente que si bien es cierto servía para captar el subsidio correspondiente, en la práctica tenía poca o nula presencia, lo que lo hacía un partido desconocido y uno más del montón de “chiquillos”, pero que a últimas fechas ha venido dando muestras de trabajo y labor de convencimiento, en base a visitas permanentes a los municipios del interior de la Entidad.

Paralelamente han iniciado negociaciones que les permiten reforzar su presencia, al integrar a Convergencia a varios jaliscienses que han militado en otros partidos; entre otros, se encuentra Salvador Cosío Gaona, quien es una “carta muy toreada” que seguramente les permitirá contar con una presencia en medios mucho más agresiva. No obstante, es bien sabido que se trata de un político de gran experiencia —además de la heredada de su señor padre, don Guillermo Cosío Vidaurri—, quien no se conforma con poco.

En fin, está por verse en las cada ves más cercanas elecciones intermedias, qué es lo que pueden lograr en Convergencia, pues existe el antecedente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en donde prácticamente Raúl Padilla López compró la franquicia para que le sirviera de plataforma para su candidatura a gobernador, sin embargo lo único que ha obtenido son posiciones en el Congreso y algunas regidurías, que si bien es cierto son posiciones interesantes, la verdad es que de crecimiento del partido, ni hablar, en Jalisco bien podrían ser considerados en el grupo de “la chiquillada”.

A pesar de todo, resulta claro que los tres partidos fuertes en el ámbito nacional (Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática) poco se tienen que preocupar, pues no obstante el desánimo generado en la población, pueden lograr 2.5% de la votación con un buen margen, sin embargo, “la chiquillada” sí tendrá que recurrir a estrategias puntuales, so pena de quedar fuera del presupuesto público.

Así, aunque para un mínimo porcentaje de la población es claro que en México se vive una partidocracia —tal como lo declarara públicamente el gobernador del Estado de Sonora, Eduardo Bours—, en realidad existen millones de mexicanos que aunque tienen acceso a los medios de comunicación, no realizan un análisis al respecto, por suponer que ello en nada les afecta, aunque en realidad, los muchos millones de pesos que se destinan “a crear conciencia  y establecer una ideología de partido o de vida”, ha sido dinero desperdiciado o aplicado en beneficio de unos cuantos.

CUAUHTÉMOC CISNEROS MADRID / Presidente de Comunicación Cultural, A.C., Asociación de Periodistas de Prensa, Radio y Televisión.
Correo electrónico: ccmadrid@att.net.mx
Síguenos en

Temas

Sigue navegando