Conflicto panista

Durante décadas, hasta unos años antes de que empezara a ganar elecciones, el Partido Acción Nacional (PAN) se había conducido internamente de manera discreta y aceptable para sus integrantes. Cualquier problema doméstico era discutido y resuelto a puertas cerradas y sus integrantes no dudaban en exaltar el carácter democrático del partido.

Las diferencias son normales en los institutos políticos, y el PAN no es ni ha sido la excepción; sin embargo, nunca como ahora, en el caso de Acción Nacional, se había dado cuenta puntual de esas diferencias ante la sociedad, vía los medios masivos de comunicación, y mucho menos se había tenido conocimiento —no es que no se hubieran dado— de enfrentamientos del calibre que ahora presencia la sociedad jalisciense.

A 20 días de la toma de las instalaciones del PAN en el Estado, el conflicto persiste y ahora en un contexto problemático a nivel nacional, porque si bien el anuncio inmediato de la renuncia de Germán Martínez Cázares parecía una decisión lógica, la lucha por la dirigencia ha dejado en evidencia que las diferencias, divisiones incluso, aumentan de nivel y además se dirimen en los medios.

En Jalisco hay dos grupos claramente identificados: el que apoya a Eduardo Rosales y su permanencia como dirigente estatal del partido, y el del gobernador Emilio González Márquez que exige la renuncia de todos los miembros del Comité Directivo Estatal. Las posiciones, irreconciliables hasta ahora, demandaron la intervención del Comité Ejecutivo Nacional, entidad que poco después entró en crisis, de manera que ahora además priva la incertidumbre.

La situación es compleja en el PAN, y a pesar de las mesas de trabajo que se realizaron ayer, y de las conclusiones, sobre todo las que se refieren a la desvinculación del instituto político con la ciudadanía, resulta difícil dar por bueno, así nada más, el propósito de volver a los principios.

El Partido Acción Nacional no sólo perdió las elecciones del 5 de julio como no se esperaba, sino que la percepción que de ese instituto tiene ahora la ciudadanía reclama un gran trabajo, desde el panismo, de reconstrucción interna y reconciliación con la sociedad.
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