Clara y “Juanito

MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA

Clara y “Juanito

MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA

Ixtapalapa es una de las delegaciones más pobladas del Distrito Federal, con algo más de dos millones de habitantes constituye una masa gigantesca, no solamente de seres humanos, sino de problemas de toda índole: falta de agua, zonas marginadas, delincuencia, desempleo, entre otros tantos.

Pero, a pesar de enfrentar estos retos, verdadera “rifa del tigre”, la jefatura delegacional es muy codiciada, porque, entre otras cosas, tiene jugoso presupuesto.

Así las cosas, en las pasadas elecciones en que había que renovar los puestos de elección popular, como son las jefaturas delegacionales, en el caso de Ixtapalapa está sucediendo una compleja y jocosa comedia de equivocaciones, en donde salen a relucir, en un primer plano, una gama de intereses creados, y que es muestra palpable de cómo se hace política a la mexicana, con un artilugio más en los tiempos de la modernidad: la suplantación de candidatos.

Surge, en primer término, un personaje, Clara Brugada, que el decir de las malas lenguas, es de origen nicaragüense, que ya ha ocupado varios puestos de cierta relevancia, pero que forma parte de uno de los grupos de poder en pugna. Por otro lado, Rafael Acosta Ángeles, alías “Juanito”, típico personaje de barriada, totalmente desconocido, activista social, afiliado al Partido del Trabajo (PT), quien aparece de golpe y porrazo en los espacios políticos de Ixtapalapa, y es cuando se inicia una serie de confusiones que se convierten en un revoltijo difícil de desmadejar, en donde el principal artífice va a ser Andrés Manuel López Obrador.

Poco antes de los comicios, y tras una decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al Partido de la Revolución Democrática (PRD) le indicaron que debería cambiar al candidato a delegado en Ixtapalapa, que era nada menos de Clara Brugada, al prosperar la queja que había interpuesto Silvia Oliva.

El fallo se acató, pero el bueno de López Obrador, perredista-petista, tuvo una idea feliz, y sobre la marcha la puso en práctica, y como toda la papelería electoral estaba impresa, ya no se pudo cambiar, y esto fue la coyuntura para que “Juanito” entrara en el trastupije político.

Cuál sería la sorpresa, cuando se supo que “Juanito” se había llevado de calle la votación para que fuera el próximo jefe delegacional de Ixtapalapa. Sorpresa en verdad mayúscula.

Pero por lo visto, hay que reconocer que la gente votó por “Juanito” porque siente que se identifica con el personaje clásico corte kafkiano.

Además, “Juanito”, con su cinta tricolor rodeando su cabeza, es gente del pueblo: figura típica de las barriadas de la Ciudad de México, que salen quién sabe de dónde, y al que se le puede hablar directo y en corto.

Todo hacer ver que el tal “Juanito” no solicitará licencia y  que la Brugada se quedó como “la novia de pueblo: vestida y alborotada”. El pueblo quiere a “Juanito”, porque sencillamente votó por él, y la voz del pueblo es la voz de Dios, y nada más.

MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA / Periodista.
Correo electrónico: loppra@economia.unam.mx
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