Desde hace tres meses, la zona centro de Guadalajara está en reconstrucción, concretamente banquetas y calles, aunque el arreglo contempla además una “limpia” de anuncios publicitarios y mejoras en el paisaje urbano en general.
No ha sido fácil. Las molestias y pérdidas para los transeúntes, los comerciantes y sus empleados, para quienes viven en el Centro y para quienes transitan en cualquier tipo de vehículo, han sido constantes. De hecho, hay registro de accidentes sufridos, sobre todo por adultos mayores y por personas con diversas discapacidades, peatones que incluso en circunstancias “normales” enfrentan problemas de movilidad.
La situación se ha agravado por el retraso en el calendario de obra y en algunas calles todavía no inician los trabajos. Precisamente el día de ayer, el director de Obras Públicas del Ayuntamiento de Guadalajara, Ricardo Oliveras Ureña, anunció que este fin de semana serán cerradas a la circulación las calles Independencia, entre Alcalde y Federalismo, y Santa Mónica, entre San Felipe e Hidalgo.
También dijo que hoy deberán estar listas y transitables las calles Galeana, Donato Guerra y Molina; y entre sábado y domingo próximos, Grecia, Huerto y Villagómez.
Son frecuentes las expresiones de que el Centro de la ciudad parece un campo de batalla o un terreno minado, exactamente como si hubiera sido bombardeado, sin embargo, las bondades de la obra no se pueden regatear.
Desde hace lustros, el Centro Histórico de Guadalajara no era sometido a una rehabilitación de esta magnitud, tanto, que se habla de “rescate” y de “recuperación”, como si se estuviera perdiendo o, de plano, se hubiera perdido.
El compromiso del Ayuntamiento de Guadalajara es que las obras en el Centro estén concluidas y listas para el disfrute de propios y extraños, en el mes de mayo de este año, justo antes de que inicie formalmente el temporal de lluvias.
De parte de la autoridad se tiene la convicción de que siempre habrá quejas, sin embargo, es claro que faltó profundizar en la planeación y diseñar los trabajos, en cuanto a su ejecución, de una manera más práctica y causar así las menores afectaciones posibles.
No ha sido fácil. Las molestias y pérdidas para los transeúntes, los comerciantes y sus empleados, para quienes viven en el Centro y para quienes transitan en cualquier tipo de vehículo, han sido constantes. De hecho, hay registro de accidentes sufridos, sobre todo por adultos mayores y por personas con diversas discapacidades, peatones que incluso en circunstancias “normales” enfrentan problemas de movilidad.
La situación se ha agravado por el retraso en el calendario de obra y en algunas calles todavía no inician los trabajos. Precisamente el día de ayer, el director de Obras Públicas del Ayuntamiento de Guadalajara, Ricardo Oliveras Ureña, anunció que este fin de semana serán cerradas a la circulación las calles Independencia, entre Alcalde y Federalismo, y Santa Mónica, entre San Felipe e Hidalgo.
También dijo que hoy deberán estar listas y transitables las calles Galeana, Donato Guerra y Molina; y entre sábado y domingo próximos, Grecia, Huerto y Villagómez.
Son frecuentes las expresiones de que el Centro de la ciudad parece un campo de batalla o un terreno minado, exactamente como si hubiera sido bombardeado, sin embargo, las bondades de la obra no se pueden regatear.
Desde hace lustros, el Centro Histórico de Guadalajara no era sometido a una rehabilitación de esta magnitud, tanto, que se habla de “rescate” y de “recuperación”, como si se estuviera perdiendo o, de plano, se hubiera perdido.
El compromiso del Ayuntamiento de Guadalajara es que las obras en el Centro estén concluidas y listas para el disfrute de propios y extraños, en el mes de mayo de este año, justo antes de que inicie formalmente el temporal de lluvias.
De parte de la autoridad se tiene la convicción de que siempre habrá quejas, sin embargo, es claro que faltó profundizar en la planeación y diseñar los trabajos, en cuanto a su ejecución, de una manera más práctica y causar así las menores afectaciones posibles.
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