Balance de obras

Ya son más de tres meses los que han transcurrido desde que se iniciaron las obras de remozamiento en el Centro Histórico de Guadalajara, y si bien parece difícil de cuestionar el hecho de que el Gobierno municipal haya tomado la decisión de hacer una intervención a fondo en el primer cuadro, también se debe señalar que los reclamos no han cesado.

Una reacción inmediata, casi automática, que se produce en gente que transita por la zona, que vive en ella o que ahí tiene sus negocios, asocia las obras con molestias, con pérdida de tiempo, con riesgos y con posibles afectaciones a su salud. Todo ello sucede, ni duda cabe. Los trayectos que normalmente se hacen en un par de minutos, ahora pueden dilatar más de 10 o 15; la acumulación de automotores también fastidia y entorpece la circulación, además de que se convierte en factor de incremento en los niveles de contaminación y calor.
Pero las autoridades han sostenido desde el inicio que esta inversión vale la pena, y que la transformación del Centro tapatío era ya inaplazable, por el rezago que había acumulado en lo que se refiere a las facilidades para quienes no transitan en vehículo: banquetas más anchas, cableado oculto, mejoramiento de la infraestructura hidrosanitaria, mejor imagen urbana. Todo ello, sin lugar a dudas, plausible.

El punto al que hemos llegado, hace necesario que los funcionarios del Ayuntamiento de Guadalajara asuman una actitud más autocrítica para atender los reclamos que se han venido presentando y tratar de remediar situaciones conflictivas que pudieran resolverse.

De alguna manera lo ha hecho ya el director de Ecología y Medio Ambiente, Eduardo Catalán Domínguez, quien ha reconocido que los niveles de contaminación suben por el polvo suspendido, como ocurrió el martes 21 en que la Secretaría del Medio Ambiente decretó en la Zona Centro la fase uno de contingencia ambiental. Esto además genera problemas a la salud de las personas que se mueven por el lugar, y afectaciones en el arbolado que existe en el primer cuadro.

Hasta el momento, dicen las autoridades, las obras tienen un avance de 72%, y sería deseable que en el 28% faltante se corrija todo lo que sea necesario.
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