Alejamiento social

Los regidores consumaron en el Ayuntamiento de Guadalajara un último acto de alejamiento de la ciudadanía.

Al amparo de sus facultades legales, hicieron negociaciones incongruentes con las posturas políticas e incluso legales que sustentaron durante meses, a fin de concluir el período en sus cargos cuidando sus intereses individuales o de grupo.

Al margen de haber aprobado, porque ya se había gastado, un incremento de 50 millones de pesos en el fideicomiso que originalmente se creó para la construcción del Proyecto Alameda, avalaron también las nuevas plazas de trabajadores que harán más voluminoso el aparato burocrático en un Gobierno municipal que comenzará el año 2010 con un déficit económico y un ajuste, a la baja, de las participaciones del Gobierno federal.

Es notorio cómo algunos regidores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que se habían opuesto enérgicamente a la creación de las nuevas plazas y acudieron incluso a los tribunales para impugnarlas, decidieron votar a favor de éstas en un giro inesperado de sus posturas.

En hechos como éstos se hallan pruebas de que en los últimos días de la administración abandonan el compromiso público que habían protestado cumplir y hacer cumplir durante todo el período de su ejercicio.

La gravedad del asunto radica en que a fin de cuentas, decidieron no romper con la cadena de hechos que —reconocen los mismos políticos— ha minado sistemáticamente la imagen del funcionario público que, en teoría, debiera ser el defensor de los intereses de la comunidad.

¿Y los ciudadanos? Los regidores de Guadalajara, de todas las fracciones políticas, cierran una administración polémica, que enfrentó grandes retos y que logró concretar proyectos importantes, pero que también ofreció un lamentable espectáculo de alejamiento social.

Quedan estos hechos como muestra de que los ciudadanos debemos estar aún más comprometidos con la puntual vigilancia de nuestros representantes, y obligar a que los intereses políticos se subordinen a los requerimientos técnicos, culturales, administrativos o ambientales, para que la capital de Jalisco crezca sustentablemente.
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