Todo parece indicar que la cobija presupuestal no será tan corta como se había estimado inicialmente; de acuerdo con lo aprobado el Gobierno federal contará con un billón 997 mil 211.5 millones de pesos (MDP), cifra 1.94% inferior a lo propuesto inicialmente por Hacienda, es decir, 39 mil 501 MDP menos. Sin embargo, estos recursos se verán más que compensados, por el incremento en los ingresos propios de Pemex de 16 mil 189.1 MDP derivados del alza en el precio promedio del petróleo, así como por el aumento en el endeudamiento neto del Gobierno federal en 30 mil MDP.
En pocas palabras, el Estado dispondrá de recursos equivalentes a 24.8% del PIB, es decir, seguirá disponiendo con uno de los presupuestos más elevados de su historia a pesar de la recesión.
De acuerdo con el Proyecto de Presupuestos de Egresos de la Federación enviado por el Ejecutivo, la recesión económica, la reducción de la producción petrolera, así como presiones crecientes al gasto relacionadas con el pago de pensiones y subsidios, imponen un ajuste al gasto público para el año entrante. En este contexto el Gobierno propone ahorros en el gasto administrativo y de operación con el fin de destinar mayores recursos a programas y proyectos sociales.
Sin embargo, uno de los rubros que generarán mayor polémica será, sin lugar a dudas, los recursos que se transfieren a entidades y municipios, cuyo monto total asciende a 932 mil 222.8 MDP, cifra 0.7% inferior a la presupuestada en 2009. Los gobernadores priistas dejaran sentir todo su peso en las negociaciones, con el fin de allegarse una mayor cantidad de recursos, sobre todo ahora que el aumento del IVA deberá significar un incremento importante en materia de participaciones.
La fecha límite para que quede aprobado el Presupuesto de Egresos es el próximo 15 de noviembre, es decir, poco menos de dos semanas.
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