Abatir desempleo, el reto

Cuando Felipe Calderón asumió la Presidencia de la República, el primero de diciembre de 2006, la tasa de desempleo abierto en el país era de 3.57%. El próximo martes, cuando el Mandatario llegue a la mitad de su sexenio, la tasa ascenderá a 5.94 por ciento.

Hace tres años había un millón 577 mil personas de 14 o más años que buscaban infructuosamente un empleo, de acuerdo con las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Ahora son dos millones 780 mil los que están en esa situación.

Esta semana estuvo en Guadalajara el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano. La semana pasada nos visitaron los titulares de las secretarías de Educación Pública, Alonso Lujambio, y de Desarrollo Social, Ernesto Cordero.

Palabras más palabras menos, los tres funcionarios reconocieron que nuestro país no está teniendo éxito en las políticas que debieran generar bienestar económico: la educación técnica y superior no está preparando adecuadamente profesionales calificados para integrarse y fructificar en los sectores productivos, en los últimos años seis millones de mexicanos se han sumado a los casi 40 millones que viven en condiciones de miseria y los jóvenes en edad de trabajar enfrentan un desempleo dos y media veces mayor que el promedio nacional, aunque, explicó Lozano, el Gobierno federal no reducirá recursos del Servicio Nacional de Empleo para 2010.

Los gobiernos no deben ser creadores de puestos laborales, por más que algunos gobernantes se empeñen en engrosar las filas de la burocracia. Su responsabilidad es otra: favorecer las condiciones marco para que los sectores productivos generen empleo suficiente, y en esta tarea no han cumplido expectativas: reformar las estructuras energéticas, de infraestructura y obra pública, fiscales, regulatorias y laborales para incentivar trabajos productivos. Éste es su reto.

Si bien nos va, el sexenio de Felipe Calderón terminará, pasada la crisis económica, con la misma tasa de desempleo que había en 2006. Ése es el probable panorama que tienen los Gobiernos y congresos federal y estatales.

Como dijo Calderón esta semana, necesitamos reorientar el rumbo del país para ofrecer mejores resultados para la población que busca un empleo satisfactorio y gratificante.
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