La Cámara de Diputados ha aprobado en estos días recientes, leyes que han sido consideradas de gran peso político, como la que faculta al Congreso a legislar para construir una ley antisecuestro. Los diputados federales han modificado la Ley de Fiscalización, con la que facultan a la Auditoría Superior de la Federación a sancionar a servidores públicos; actualmente, sólo emitía recomendaciones en sus auditorías. Ayer, aprobaron reformas a la Ley del Seguro Social, una iniciativa que envió el Presidente Felipe Calderón, y que en su parte medular mandata que los trabajadores puedan retirar de sus afores hasta 30% de sus ahorros.
Este mismo martes, el Senado aprobó —y ha enviado a San Lázaro— un conjunto de reformas dedicadas a fortalecer las atribuciones del Banco de México, en materia de vigilancia financiera. Y a los bancos les han lanzado la advertencia, en una reforma a la Ley de Instituciones de Crédito, de que deben no sólo sensibilizarse, sino que ya deben comenzar a bajar los créditos, y las comisiones y tasas de éstos.
La actual Legislatura está a unos días de llegar a su fin, y sin embargo hay una larga serie de pendientes, entre ellos el análisis de la Ley de Extinción de Dominio, la Ley General del Infonavit, la Ley General de Adquisiciones y Obra Pública, la Ley de Inversión Extranjera y la Aprobación de la cuenta pública de 2006. Todas ellas con especial urgencia de sacarlas adelante.
El Congreso General está a tres sesiones de que finalice el periodo ordinario y la lista de pendientes es muy larga; pudo recortarse, de no haberse ido a vacacionar los señores legisladores. Las prisas, evidentemente, ya se hicieron presentes en las actividades de las comisiones, que trabajan a marcha forzada.
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