Ahora sí ya es oficial. No será el próximo domingo, sino dentro de dos semanas cuando comience a operar la primera línea del Macrobús, uno de las obras centrales que ha emprendido la actual administración estatal, como parte del gran proyecto de movilidad que incluye otras medidas, y acciones concertadas con los gobiernos municipales.
Si bien se había hecho el compromiso de arrancar con la ruta inicial de este sistema articulado de transporte un año después de que comenzaron las obras de preparación, y que el gobernador Emilio González había externado su deseo de festejar su segundo año de mandato a bordo de una de las nuevas unidades, que circularán por el eje Calzada Independencia-Gobernador Curiel, la buena noticia es que ya estamos en las vísperas de que se ponga a prueba la mayor innovación en materia de transporte público, desde que hace dos décadas se inauguró la Línea Uno del Tren Ligero.
Es importante hacer énfasis en el hecho de que, con todo y su flamante infraestructura, su moderno sistema de operación, sus unidades nuevas y su oferta de movilidad masiva con rapidez y eficiencia, el Macrobús representa una prueba no sólo para quienes serán sus usuarios, sino sobre todo para quienes no lo usarán pero tendrán que convivir con él.
Circular por la Calzada o por Gobernador Curiel, en cualquier tramo, será una experiencia nueva para peatones, ciclistas y automovilistas, que en ocasiones no será amable. Por muchos años, el crecimiento desmesurado del parque vehicular en la Zona Metropolitana de Guadalajara ha sido factor para que prolifere una tendencia al manejo agresivo, a la circulación con poca precaución, a la competencia por ganar un carril o un metro al otro.
En el acto en que se produjo el anuncio oficial de la fecha de operación del Macrobús, hace unos días, llegaron otras buenas noticias. Entre ellas, que ya hay dinero para que se realicen los proyectos ejecutivos de nuevas líneas de este sistema de transporte y para el llamado “Tren de cercanías” o Tren Suburbano, que podrían representar, una vez que operen todos, un auténtico alivio para la presión que se ha acrecentado sobre la metrópoli en materia de movilidad.
Si bien se había hecho el compromiso de arrancar con la ruta inicial de este sistema articulado de transporte un año después de que comenzaron las obras de preparación, y que el gobernador Emilio González había externado su deseo de festejar su segundo año de mandato a bordo de una de las nuevas unidades, que circularán por el eje Calzada Independencia-Gobernador Curiel, la buena noticia es que ya estamos en las vísperas de que se ponga a prueba la mayor innovación en materia de transporte público, desde que hace dos décadas se inauguró la Línea Uno del Tren Ligero.
Es importante hacer énfasis en el hecho de que, con todo y su flamante infraestructura, su moderno sistema de operación, sus unidades nuevas y su oferta de movilidad masiva con rapidez y eficiencia, el Macrobús representa una prueba no sólo para quienes serán sus usuarios, sino sobre todo para quienes no lo usarán pero tendrán que convivir con él.
Circular por la Calzada o por Gobernador Curiel, en cualquier tramo, será una experiencia nueva para peatones, ciclistas y automovilistas, que en ocasiones no será amable. Por muchos años, el crecimiento desmesurado del parque vehicular en la Zona Metropolitana de Guadalajara ha sido factor para que prolifere una tendencia al manejo agresivo, a la circulación con poca precaución, a la competencia por ganar un carril o un metro al otro.
En el acto en que se produjo el anuncio oficial de la fecha de operación del Macrobús, hace unos días, llegaron otras buenas noticias. Entre ellas, que ya hay dinero para que se realicen los proyectos ejecutivos de nuevas líneas de este sistema de transporte y para el llamado “Tren de cercanías” o Tren Suburbano, que podrían representar, una vez que operen todos, un auténtico alivio para la presión que se ha acrecentado sobre la metrópoli en materia de movilidad.
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