México
…las que usted diga, señor Presidente
Los cambios en el gabinete presidencial se veían venir a la vuelta de la esquina desde antes de las elecciones
Que si siempre ha existido esta nociva actitud, ni dudarlo, se pudiera decir que es una constante en la especie humana, pero como que en los políticos mexicanos pareciera que se trata de una “cualidad indispensable”.
Casos como estos hay muchos, pero de manera particular en los cambios efectuados recientemente, la personalidad de quienes ratificaron su cercanía con el Mandatario y asumieron otras tareas, me da la impresión de que cumplen a cabalidad con tan terrible mal.
Y es que parecen no darse cuenta de que en realidad flaco favor hacen a sus “jefes” —y en este caso a la nación— aquellos colaboradores que lejos de dar sus puntos de vista y hacer ver los posibles errores en que se esté incurriendo, con una actitud autocrítica y propositiva, prefieren callarse y dar la “suave” para mantener la amistad, disposición y sobre todo el empleo y el sueldo que perciben.
Lástima, porque así no podremos superar los nubarrones que se avecinan en el horizonte. Y lo peor de todo es que esas actitudes son las que se están heredando a las nuevas generaciones, las que comodinas de por sí, al ver estas actitudes creen que es lo más conveniente e imitan tan mal comportamiento.
Y no crea usted que son ganas de fastidiar, no, más bien se trata de una preocupación —que ciertamente está basada en una apreciación personal— por lo que pudimos ver en el acto en el que el Presidente les tomó la protesta de ley.
Porque una cosa que pudiéramos entender es “la falta de tablas” en esos niveles —ya aprenderán, dijo el otro—, pero la sumisión que demostraron ante el Ejecutivo federal no me hace esperar a integrantes de un equipo competitivo, sino más bien de acompañamiento, en un Gobierno que va de salida.
Con todo el respeto que me merece —como persona y como funcionario público— el nuevo secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora, parece tener oficio a la hora de declarar ante las cámaras y micrófonos, pero ante su jefe, como que se hace chiquito… ya veremos.
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