México
Yo maté a Maradona
Corría el 19 de abril de 2004, la noticia que acaparaba la atención era la del ex futbolista Diego Armando Maradona y su deteriorado estado de salud
Los espacios deportivos en los medios le dedicaban una amplia cobertura al lamentable hecho. "Tan joven y otra vez en problemas", decían algunos, "seguro se trata de una sobredosis, de ésta yo creo que no sale", auguraban otros.
Casi terminaba ese caluroso lunes y yo estaba a punto de salir al aire en vivo, en un resumen de noticias de televisión. ¿Quién se iba imaginar lo que me deparaban los próximos minutos?
Inicié la información, dos notas sobre política y ciudad, mando a corte y durante la pausa, que duraba poca más de un minuto, el productor me dice por el conocido "chícharo" (aclaro: no se trata del goleador chiva, si no del audífono que portas en el oído para estar en comunicación con la cabina de transmisión), "Gaby: Maradona se murió, dilo en cuanto regreses de corte".
Recibí como taladro en mi cabeza la instrucción, "¿en serio?", le dije, "sí, dilo por favor", insistió.
Un tanto desconcertada (era la primera vez que me tocaba dar una noticia de un deceso en televisión) escuchaba la voz del jefe de piso que anunciaba el regreso después de comerciales, "tres, dos, uno", y entonces, con mi rostro, el más dramático que merecía el hecho y la ocasión… lo maté.
"En estos momentos, nos acaba de llegar la información, de que el astro del futbol, Diego Armando Maradona, acaba de morir", luego leí otras dos o tres noticias más, y me despedí.
Salí del área de maquillaje y los teléfonos no dejaban de sonar con la pregunta del millón de dólares, "¿de dónde sacaste la noticia?".
Y la noticia fui yo al día siguiente, en columnas de periódicos, con mis compañeros de trabajo, en la tienda de la esquina del barrio donde crecí, yo era la responsable de matar al "Pelusa".
La rápida investigación, que ni la PGR hubiera hecho, apuntaba a que el productor justo en el momento en que me encontraba leyendo las noticias, vio que despedían la sección de deportes del noticiario nacional del Ajusco, con la frase: "ahora la mano de Dios, lo necesita a él". Su deducción fue, que el actual técnico de la selección Argentina había fallecido.
No quería ni salir a la calle, me señalaban como la responsable de un asesinato en tele, las burlas no paraban, ¿ir a un restaurante de comida argentina?, ni en sueños. Y aquí estoy, a casi seis años del aniversario luctuoso… compartiendo "la tragedia".
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