México

¿Ya fuiste a la Profeco?

Diálogos, trámites, negociaciones no alcanzan a los responsables del fraude cometido en agravio de decenas o cientos de miles de ingenuos compradores

— “¿A qué? ¿A sólo engrosar la estadística de los defraudados compradores de boletos pagados a la entonces Mexicana de Aviación, el que fuera blasón aéreo de México? ¿A convertirme en la burla de quien tiene a su cargo la impartición de justicia?”

Diálogos, trámites, negociaciones no alcanzan a los responsables del fraude cometido en agravio de decenas o cientos de miles de ingenuos compradores. Empresa, sindicatos, líderes y sonrientes autoridades dejan en el limbo de impotencia a quienes pagaron peso a peso por un servicio no recibido, ni ve posibilidad de recibirlo en tiempo y quizá tampoco en forma.

La impunidad, una vez más, ejerce su capacidad destructiva de la confianza, y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es la careta de supuesta garantía al comprador de un servicio. Bancos, empresas oligarcas y poderes fácticos de la política unen esfuerzos por auto reparaciones, sin considerar seriamente al primer lesionado: el mercado  consumidor, porque es el último, el simplemente dañado como elemento aislado y débil que no se opondrá en una manifestación bloqueando el tránsito para exigir la devolución de su dinero y la reparación del daño.

El fraude al consumidor es un hecho consumado y no ha prescrito, pero tampoco se observa acción alguna de la autoridad para concluir la exigencia más allá del reclamo y registro estadístico en una ventanilla con bien ganada fama de escaparate del indulto al infractor: Profeco.

Recurrir a las comparaciones con otros países es irrelevante: con los de Primer Mundo  resulta deprimente y con aquellos en condiciones peores a las nuestras en materia de justicia sólo ratifica la inoperancia del sistema judicial. En cualesquiera de los casos cabría el reclamo de justicia: sobre los accionistas que compraron Mexicana por un equivalente de centavos a cambio de cada peso accionario, maniobraron habilidosamente fusiones y vendieron activos para presentar escenario de quiebra al estilo de Enron y otros émulos del fraude consentido que al menos en algunos se han encontrado culpables; hecho insólito en México.

Rumbo a julio de 2012, como apuntan los intereses de los políticos apurados en ganar popularidad, como la pretendida por Santiago Creel, al oponer resistencia a la legalización de la mariguana en California, entre otros. Sería un golpe magistral el atraer el caso Mexicana de Aviación al ámbito delincuencial, con la correspondiente cauda de reclamos de la población consumidora y concluir con el régimen de impudicia bajo el que opera la justicia.

Hago eco, espero sirva más allá de un simple desahogo, de múltiples solicitudes de personas ansiosas de encontrar apoyo en los medios de comunicación y con él la respuesta inmediata a sus justos reclamos.
Dios nos guarde de la discordia.
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