México

¡Ya basta!

Ante las promesas rotas del Gobierno, los pueblos indígenas exigen apoyo para el desarrollo y preservación de su identidad. Preocupa su participación en la siembra, cosecha y consumo de droga

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Representantes de los pueblos indígenas piden al Gobierno federal y a dirigentes de cadenas productivas comprometerse de verdad y no sólo de palabra para impulsar proyectos productivos y llevar el progreso a sus comunidades —ante la extrema pobreza y marginación que viven—, pero sin perder identidad y costumbres. “Proponemos celebrar un acuerdo de hermandad y en términos de igualdad con los empresarios, con la academia, con diversos gremios y en general, con las distintas formas de la sociedad civil organizada”, fueron las conclusiones del “Encuentro México Indígena. Un nuevo amanecer”, que tiene por objetivo sacar de la miseria a este sector.

“¡Ya basta!”, es la consigna con la que indígenas pretenden salir de la pobreza a través de compromisos concretos en materia de proyectos productivos, educativos, culturales y de salud, así como la creación de una red de infraestructura en todos los territorios, respetuosa de la madre tierra y del medio ambiente. El reto es evitar que mueran en la miseria menores de edad como Tereso, el adolescente wixárika que falleció en enero pasado en el Hospital Civil de Guadalajara.

La falta de oportunidades de trabajo obliga a los indígenas a migrar hacia otras entidades o al extranjero y desempeñar cualquier oficio, bien sea en la agricultura, ganadería o en la construcción. Pero una arista preocupa a las organizaciones en defensa de los Derechos Humanos: alrededor de 50 mil indígenas han caído en las redes del narcotráfico, específicamente en la siembra y cosecha de droga, en 60 comunidades del país (poblaciones de entre 50 y 100 habitantes), revela Xavier Abreu Sierra, titular de la Unidad de Coordinación y Enlace de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Esta actividad se concentra en estados como Guerrero y Michoacán, aunque destacan grupos como los tarahumaras (rarámuris), identificados en Chihuahua, Durango y Sinaloa.

El funcionario federal prefiere no revelar nombres de las comunidades involucradas y pide no generalizar que los indígenas están inmersos en esta actividad. Puntualiza que de los mil 120 aborígenes presos en cárceles del país, una veintena estuvo inmiscuida en delitos contra la salud: “La mayor parte son mujeres que las utilizaron para meter drogas en algún lado”.

Migración, alto consumo de alcohol y estupefacientes, así como siembra y cosecha de drogas por parte de los rarámuris, es una situación preocupante para Samuel Araiza Alcaraz, presidente ejecutivo de la Fundación Tarahumara “José A. Llaguno”. Ahora los “chutameros” (como se les llama localmente a los narcos), aumentaron la actividad en la zona y cambiaron el esquema de paga.
— ¿Cómo percibe estos problemas?
— Hemos constatado el incremento de los índices de migración de rarámuris, sumado al aumento de índices a las adicciones de narcóticos. El indígena antes era invitado a sembrar y recolectar droga, pero ahora esta industria les paga con dinero y el mismo producto; es un círculo perverso creado por las condiciones de pobreza extrema en las que están sujetos.
— ¿En qué zonas siembran droga?
— Las autoridades lo reconocen. Hay un triángulo en conflicto entre los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa, donde uno de los vértices es el municipio chihuahuense de Batopilas —a una distancia aproximada de 379 kilómetros a la capital del Estado; gran parte es montañosa, tiene continuas serranías y profundos barrancos que se encuentran en la “Baja Tarahumara” y van en descenso rumbo al Suroeste, en dirección al Estado de Sinaloa—; es una zona que históricamente ha sido conflictiva porque hay mucho cultivo de enervantes. La novedad es que el rarámuri no sólo es una persona de este trabajo, ahora es un consumidor.
— ¿Son los problemas más graves en la Tarahumara?
— Es lo que se ha incrementado, pero también está el aumento de la violencia intrafamiliar y persisten los problemas graves de desnutrición. La mortalidad infantil continúa siendo muy alta, el hecho de contar con una estadística completamente confiable resulta muy difícil, ya que en muchas ocasiones los niños mueren en la profundidad de la Sierra y nunca llegan a ser contabilizados. La tuberculosis, incluso la obesidad, la hipertensión y la diabetes, igual que las enfermedades gastrointestinales y bronquiales, acosan a la población por las condiciones de pobreza extrema en las que viven (escasez de agua y de letrinas, así como contaminación de arroyos, entre otros problemas).

Araiza Alcaraz recuerda que en la Sierra Tarahumara hay alrededor de 120 mil indígenas (rarámuri, pima y odame, entre otros grupos étnicos) y otro tanto de mestizos viviendo en una superficie de 65 mil kilómetros cuadrados (del tamaño de Suiza y Bélgica juntos), con una orografía terriblemente difícil, accidentada, que dificulta las comunicaciones. “Las poblaciones más marginadas son las zonas de Urique, San Rafael y en la Barranca de la Sinforosa —cercana a la población de Guachochi—, entre otras. Quiero dejar en claro que, en términos generales, en la Sierra Tarahumara se observa una falta total de perspectiva de oportunidades para la gente joven, vive en un ambiente en el que tienen que salir de sus comunidades para tener acceso al trabajo y a la educación. El joven debe verse sujeto a vivir en un ambiente de albergues en secundaria, si tiene algún grado de instrucción, porque el rarámuri es un indígena que no vive en comunidad; pertenece a una comunidad, pero vive en sus propias rancherías. Estas zonas son muy aisladas, de una casa a otra o entre sus cultivos hay decenas de kilómetros; es muy distinto al Sur del país, como Chiapas, en donde hay pueblitos cercanos. La pobreza es más terrible”.

— Se dice que los indígenas no permiten el acercamiento de las autoridades para recibir apoyo…
— Más que no querer, no creen en los apoyos. Se les ha ofrecido durante muchas ocasiones apoyo, pero ha resultado un incumplimiento en las expectativas que se generan. El “chabochi” (término peyorativo para referirse a los no indígenas, con su significado más extremo de mercenarios o tramposos. La traducción literal refiere que es “el que tiene telarañas en su cara”, es decir, “barbudo”, del que deben cuidarse) afecta a la población indígena al introducir sus problemas en estas comunidades. No sólo hay promesas rotas por parte de las autoridades, sino que el contacto con el “chabochi” no ha sido una experiencia venturosa. Históricamente, cuando el hombre blanco se ha acercado es para ocupar el bosque, para quitarles sus tierras.

“El diablo los creó”

Cuenta la leyenda que Dios se enojó con los rarámuris porque perdieron una competencia con los “chabochis”. De allí devino una sentencia que se ha convertido en práctica ancestral, que durante siglos ninguna autoridad ni divinidad ha podido erradicar: “... les dijo que de ahí en adelante serían pobres (los rarámuris) y los ‘chabochis’ ricos. Dios creó a los rarámuris y el diablo a los ‘chabochis’”, es la premisa que por tradición se transmite entre los tarahumaras, pero subyace una realidad insoslayable: la pobreza y la marginación de las etnias que habitan en territorio chihuahuense.

Acerca de la inclusión de indígenas en la siembra y cosecha de droga, Isidoro Bustillos, agente de la Dirección de Seguridad Pública de Batopilas, opina que “trabajan en la droga porque no hay otra cosa qué hacer. Aquí no hay trabajo, únicamente pobreza, pero a nosotros sólo nos toca ver porque interviene el Ejército, sobre todo por la zona de San Ignacio, donde hay muchos sembradíos de mariguana y amapola”.

En 2005, la entonces directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, reconoció que “es sumamente grave la siembra de enervantes en las zonas indígenas de Chihuahua, Sinaloa, Guerrero y Durango”. Los partidos políticos, subrayó, “han sido una catástrofe, ya que los desunen y los enfrentan y luego ya no vuelven hasta año electoral”.

Enfatizó que el binomio pobreza-narcotráfico es una realidad en las regiones étnicas de Chihuahua, Sinaloa, la montaña de Guerrero y en la región tepehuana de Mezquital, en Durango. “Desafortunadamente, la oferta que hace este tipo de personas (ligadas al narco) es atractiva y aparentemente sin riesgos”, y afirmó que habían detectado casos en los que los cacicazgos regionales y la falta de autoridad obligaron a los indígenas a sembrar, procesar o empaquetar estupefacientes.

A la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se le solicitó información acerca del decomiso y quema de enervantes en la Sierra Tarahumara, durante las anualidades 2007 y 2008. El general brigadier D.E.M., Cruz Isaac Muñoz Navarro, respondió que “no se encuentra disponible por regiones o áreas especificadas”, sino por entidades federativas. En este sentido, Chihuahua destaca en el ámbito nacional en las acciones militares para la erradicación por mano de obra y fumigación, aseguramiento e incineración de mariguana y amapola, pero información adicional entregada por la Sedena, enfatiza la fuerte actividad ilícita que ocurre en Sinaloa, Durango, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Nayarit, Sonora, Tamaulipas y Baja California, entre otros.
 
Acciones de la Sedena a nivel nacional por entidades en 2008:
Destrucción de enervantes por mano de obra e incineración
Estado        Mariguana        
                       Plantíos           Hectáreas    
Sinaloa            39,986             6,853.17    
Durango          16,978             3,412.99    
Chihuahua       16,984             2,415.74    
Michoacán       10,482             1,025.22            
Guerrero           2,419              385.384    
Jalisco               4,959            402.5575    
Oaxaca             4,664             351.1793    
Nayarit              2,908             369.869    

Estado        Amapola
                    Plantíos              Hectáreas
Guerrero        31,644                 6,364.36
Durango        16,433                 3,097.88
Chihuahua      8,663                 1,279.94
Sinaloa            6,535               1,104.60
Nayarit             2,332              411.7899
Oaxaca            1,791               229.3631
Jalisco                  19                  2.315
Michoacán              6                  1.125        


Aseguramiento e incineración de droga por kilogramos 2008
Estado        Mariguana    Semilla de mariguana    Semilla de amapola    Goma de opio    Cocaína       Heroína
Sinaloa          419,859.028       4,192.274                     340.310                 74.148            348.587        105.432
Durango        377,978.831        2,507.630                     216.950                   3.170             15.103            9.554
Chihuahua    229,440.562         1,001.550                       16.040                  1.100              65.614            4.792    
Sonora          139,459.222          167.725                         2.000                      0             1,252.253          13.580
Tamaulipas    81,183.399                5.691                           0                      0.100             232.528           0.004
Baja California  72,961.817           48.666                            0                      0.900                2.668           66.211
Michoacán        61,108.753          812.323                       1.650                       0                  5.124             0.061
Jalisco              36,481.606          104.220                       2.530                       0                  0.890                0
Guerrero           28,242.109           182.105                    386.802                 44.743               1.041             0.015
Campeche              198.430              0                               0                          0            1,200.309                0


Acciones en todo el territorio mexicano

Erradicación por mano de obra:            
Año                                                           2007                  2008
Mariguana    
Plantíos                                                    155,652             103,446
Hectáreas                                                 22,126               15,764

Amapola
Plantíos                                                   59,524                 67,474
Hectáreas                                                11,075                12,500

Erradicación por fumigación:
Mariguana
Plantíos                                                    5,899                 18,859
Hectáreas                                                    827                   2,630

Amapola
Plantíos                                                   1,900                   5,616
Hectáreas                                                  301                      690

Aseguramiento o incineración de droga:
Kilogramos (kg.) de mariguana              2’068,519            1’532,342
Kg. de semilla de mariguana                       9,847                  9,862
Kg. de amapola                                         1,223                    978*
Kg. de goma de opio                                    210                    157
Kg. de cocaína                                        18,458                  4,024
Kg. de heroína                                             124                     204
*(Semilla)


Sector marginado

Los indígenas representan una parte importante en la incidencia de pobreza extrema en México. De una población estimada en más de 10 millones de aborígenes (aproximadamente 9.8% del total de mexicanos), los estados que registran la mayor concentración son Oaxaca (1.6 millones) y Chiapas (1.2 millones), seguidos por Yucatán, Veracruz y Puebla (con más de 900 mil indígenas cada uno), informa Francisco Aguirre Zavala, del área de Indicadores de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).

Destacan los grupos etnolingüísticos náhuatl (dos millones 248 mil 270 indígenas), maya (un millón 403 mil 636), zapoteca (682 mil 552), mixteca (662 mil 363) y otomí (526 mil 876).
La información se desprende de una evaluación de la institución, con datos del Conteo de Población y Vivienda 2005 del INEGI. “No hay datos actuales hasta 2010”, apunta el funcionario federal.

En México hay indígenas prácticamente en todos los estados; solamente 21 municipios no concentran aborígenes.

Los grupos etnolingüísticos más importantes están distribuidos en los siguientes estados:
Náhuatl: Veracruz, Puebla, Guerrero, México, Morelos, Distrito Federal, Michoacán y Oaxaca.
Maya: Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
Mixteco: Oaxaca, Guerrero y Puebla.

Oaxaca destaca porque en 2005 reportó 3.5 millones de habitantes, de los cuales 1.6 millones son de los grupos étnicos zapoteco, mixteco-mazateco, chinanteco, mixe, chatino, triqui, huave, cuicateco, náhuatl, zoque, chontal, amuzgo, tacuate, chocholteca e ixcateco. En esta Entidad, de los 463 municipios en situación de alta o muy alta marginación, 292 son indígenas, y de los 34 municipios en condiciones de baja o muy baja marginación, únicamente dos son identificados como indígenas: Guelatao y El Espinal.

El “Catálogo de las lenguas indígenas nacionales” contiene 68 lenguas a través del criterio lingüístico. El catálogo de grupos etnolingüísticos elaborado por la CDI, por su parte, documenta 62 grupos.
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