México
Visita de Obama a México debe abrir nuevos horizontes
A Calderón le importa más el tema del narcotráfico: Jorge Castañeda
México debe intentar que la visita del presidente de
EU, Barack Obama, permita impulsar nuevas iniciativas en inmigración, comercio y lucha contra la corrupción, y no centrarse solo en el combate al crimen organizado, advirtieron hoy varios analistas.
"A mí me gustaría mucho que (el Presidente Felipe) Calderón insistiera mucho más en migración y mucho menos en el 'narco', pero a él le importa más lo segundo", dijo el ex canciller mexicano Jorge Castañeda (2000-2003).
Para Castañeda, la visita de Obama prevista para el próximo jueves, la primera que hace a un país latinoamericano, recuerda a la que en 2001 hizo George W. Bush a México.
Aquella fue la primera ocasión en que un mandatario (Vicente Fox, del Partido Acción Nacional) que no era del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó de forma ininterrumpida México entre 1929 y 2000, recibía a un presidente estadounidense.
El ex canciller se mostró crítico con la posibilidad de que la inseguridad, el control al tráfico de armas y droga, y la cooperación contra el crimen organizado se planteen como los únicos asuntos a abordar por Obama y Calderón.
"Creo que ha sido un error de Calderón haber 'renarcotizado' la relación con EU, (...) Decidió hacer esto y es muy útil para él poder darle todo el énfasis a eso", indicó.
Contra ese enfoque único se manifestó también el ex embajador de México en EU, Jorge Montaño, quien en una reciente entrevista publicada en un diario pidió ampliar las miras a cuestiones relacionadas con el comercio, la competitividad y la inmigración.
Los dos primeros asuntos están ligados al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que ha convertido desde 1994 a México y EU, en socios comerciales de privilegio y que Obama ha dicho que desea "mejorar".
El TLCAN no ha impedido fricciones binacionales como la derivada de la cancelación de un programa piloto que permitía a camiones mexicanos circular por territorio estadounidense.
México respondió a esa cancelación imponiendo aranceles a 90 productos de EU, desde el pasado 16 de marzo.
Otra de las expectativas del ex embajador Montaño es que México se ofrezca como un socio cercano a Obama en su intención de establecer una nueva relación con América Latina, un territorio que ha explorado Calderón con los acercamientos a Cuba y Venezuela durante su Gobierno.
Esta estrategia la intentó Bush con Fox y, antes que él, Ronald Reagan con José López Portillo en 1981, siempre con pobres resultados.
Para John Ackerman, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el encuentro de OBama y Calderón llega precedido de "algunas señales positivas" que apuntan hacia una mayor corresponsabilidad entre los dos países, pero todavía debe afianzarse con hechos más concretos.
Ackerman ve lejana la posibilidad de que EU, prohíba la venta de armas de asalto, muchas de las cuales caen en poder de los carteles mexicanos, y deplora que Calderón no haya logrado más reformas de gran calado en su país por el "aislamiento político" que padece.
Además, destaca la poca efectividad del combate a la impunidad en un país donde solo "uno de cada diez detenidos termina en la cárcel".
Tampoco cree que se haya avanzado lo suficiente en la depuración de las corporaciones policiales y en la lucha contra la corrupción.
"Necesitamos un rediseño institucional que permita crear una vigilancia real, externa, y una rendición de cuentas de las fuerzas militares y policíacas", apunta.
A su juicio, es tan equivocado que Obama pretenda "únicamente darle un espaldarazo a ciegas a la Administración Calderón" como tratar de dar lecciones al Gobierno de este país "con una actitud imperialista".
"Que no confunda la humildad con la complicidad", concluyó el jurista.
CIUDAD DE MÉXICO.-
"A mí me gustaría mucho que (el Presidente Felipe) Calderón insistiera mucho más en migración y mucho menos en el 'narco', pero a él le importa más lo segundo", dijo el ex canciller mexicano Jorge Castañeda (2000-2003).
Para Castañeda, la visita de Obama prevista para el próximo jueves, la primera que hace a un país latinoamericano, recuerda a la que en 2001 hizo George W. Bush a México.
Aquella fue la primera ocasión en que un mandatario (Vicente Fox, del Partido Acción Nacional) que no era del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó de forma ininterrumpida México entre 1929 y 2000, recibía a un presidente estadounidense.
El ex canciller se mostró crítico con la posibilidad de que la inseguridad, el control al tráfico de armas y droga, y la cooperación contra el crimen organizado se planteen como los únicos asuntos a abordar por Obama y Calderón.
"Creo que ha sido un error de Calderón haber 'renarcotizado' la relación con EU, (...) Decidió hacer esto y es muy útil para él poder darle todo el énfasis a eso", indicó.
Contra ese enfoque único se manifestó también el ex embajador de México en EU, Jorge Montaño, quien en una reciente entrevista publicada en un diario pidió ampliar las miras a cuestiones relacionadas con el comercio, la competitividad y la inmigración.
Los dos primeros asuntos están ligados al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que ha convertido desde 1994 a México y EU, en socios comerciales de privilegio y que Obama ha dicho que desea "mejorar".
El TLCAN no ha impedido fricciones binacionales como la derivada de la cancelación de un programa piloto que permitía a camiones mexicanos circular por territorio estadounidense.
México respondió a esa cancelación imponiendo aranceles a 90 productos de EU, desde el pasado 16 de marzo.
Otra de las expectativas del ex embajador Montaño es que México se ofrezca como un socio cercano a Obama en su intención de establecer una nueva relación con América Latina, un territorio que ha explorado Calderón con los acercamientos a Cuba y Venezuela durante su Gobierno.
Esta estrategia la intentó Bush con Fox y, antes que él, Ronald Reagan con José López Portillo en 1981, siempre con pobres resultados.
Para John Ackerman, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el encuentro de OBama y Calderón llega precedido de "algunas señales positivas" que apuntan hacia una mayor corresponsabilidad entre los dos países, pero todavía debe afianzarse con hechos más concretos.
Ackerman ve lejana la posibilidad de que EU, prohíba la venta de armas de asalto, muchas de las cuales caen en poder de los carteles mexicanos, y deplora que Calderón no haya logrado más reformas de gran calado en su país por el "aislamiento político" que padece.
Además, destaca la poca efectividad del combate a la impunidad en un país donde solo "uno de cada diez detenidos termina en la cárcel".
Tampoco cree que se haya avanzado lo suficiente en la depuración de las corporaciones policiales y en la lucha contra la corrupción.
"Necesitamos un rediseño institucional que permita crear una vigilancia real, externa, y una rendición de cuentas de las fuerzas militares y policíacas", apunta.
A su juicio, es tan equivocado que Obama pretenda "únicamente darle un espaldarazo a ciegas a la Administración Calderón" como tratar de dar lecciones al Gobierno de este país "con una actitud imperialista".
"Que no confunda la humildad con la complicidad", concluyó el jurista.
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