México

Un buen final de vacaciones

Cuando le preguntaron a Jesús que cuál era el mandamiento más importante, él se limito decir. El amor a Dios y al prójimo

1 Corintios 12, 31-13, 13. (Mi interpretación)

En medio de una sobredosis de tribulaciones… Un descanso. Remedio a todo olvido diario del Espíritu que nos habita. Somos obrero del alma que nos habita.

Piensa… ¿Por qué mejor no aspirar a los dones de Dios?
Dones, que por ser tan cotidianos, ya ni siquiera sabemos que son “Dones”. Regalos, privilegios, libertades. No adquiridas sino dadas. Gratis.

Aspiren a los dones de Dios más excelentes.

Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que resuena o unos platillos que aturden. Aunque yo tuviera el don de  profecía y penetrara todos los misterios, aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas, sino tengo amor nada soy. Aunque yo repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, sino tengo amor, de nada me sirve.

El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia;  el amor no es presumido ni se envanece, no es grosero ni egoísta; no se irrita ni guarda rencor. No se alegra con la injusticia, sino que se goza con la verdad. El amor disculpa sin límites, espera sin límites, soporta sin límites.. El amor dura por siempre; en cambio el don de profecía se acabará; el don de lenguas desaparecerá, y el don de ciencia dejará de existir, porque nuestros dones de ciencia y de profecía son imperfectos.

Sí querido amigo, somos imperfectos, más de lo que suponemos. Pero cuando llegue la consumación, todo lo imperfecto desaparecerá. Como decía Borges: “Cuando el hombre sea todos los hombres”.

Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño, y pensaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, hice a un lado todas las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo y oscuramente, pero después será cara a cara. Ahora sólo conozco de una manera imperfecta, pero en entonces conoceré a Dios como él me conoce a mí. ¡Uaauu! ¿Alguna vez has pensado que Dios te conoce más que tú a ti mismo? Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor.

Ahora… Me pregunto... El mundo real no es así, no ha sido nunca así. Todo esto es demasiada perfección para un mundo que por siempre ha sido, todo menos esto; en la realidad somos: orgullo, vanidad, codicia, conveniencia y dudas… siempre… esas malditas dudas.

Y me digo, respecto a la fe ciega: “La duda no es algo contrario a la fe, sino un complemento de ella. “Back to basics”.  “Relief”.

Cuando le preguntaron a Jesús que cuál era el mandamiento más importante, él se limito  decir. El amor a Dios y al prójimo.
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