México

Trilogía del desamparo

Los perredistas, fieles a su estilo, interrumpieron dos veces y expusieron una gran manta dedicada al “corrupto” Juan Camilo Mouriño, y, a coro limpio, el griterío de “renuncien, renuncien”

CIUDAD DE MÉXICO.- San Lázaro se transfiguró ayer en un gran coso, donde ninguno de los tres visitantes pudo escapar ileso. Y mucho menos indultado. “Renuncien, trío de ineptos”. O también: “Es la trilogía del desamparo”.

Los perredistas, fieles a su estilo, interrumpieron dos veces y expusieron una gran manta dedicada al “corrupto” Juan Camilo Mouriño, y, a coro limpio, el griterío de “renuncien, renuncien”. Y los priistas, con la palabra convertida en esa espada filosa y temible de que son dueños cuando se lo proponen. O les conviene.
“Es la trilogía del desamparo”, cargó una, dos veces el diputado federal priista César Camacho Quiroz. “Ese desamparo sentido por 70% de los mexicanos, que se acrecienta cuando un atemorizado Presidente de la República dice que se suma a los reclamos ciudadanos, cuando él es el representante del poder público”…

Seis horas casi. Nunca antes un secretario de Gobernación había sido tan agobiado en el primer tercio, en el segundo, y en el tercero. De su mirada de golpe recto, como su nariz, entonces, en microsegundos, podía mirarse a Juan Camilo Mouriño levantar las cejas, surcar la frente, echar la mirada hacia la derecha, o hacia la izquierda. Y luego, en microsegundos, recomponer el rostro y mirar de frente. El rostro endurecido.

Junto con Juan Camilo, estaban allí, compareciendo también, los titulares de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Pública.
La expectación había llegado antes de que los tres se asomaran (11:45 horas). Aquellos pasillos de espíritu victoriano del gran recinto fueron copados entonces por diputados que, en corrillos, ya grillaban, ya debatían.

“¿Está en peligro la gobernabilidad del país”, fue una de las primeras preguntas que a Mouriño le estalló en la cara. “Podríamos afirmar que Calderón ha abonado el camino de la ingobernabilidad en el país”, ahora espetaba Aleida Alavez  (PRD).

Pero nadie tan contundente como César Camacho, que apenas en el primer tercio, soltó: “Es evidente que su desempeño ha sido deficiente. En muchos sitios el poder público ha sido lamentablemente desplazado, no son tierra de nadie, pues ante la timidez, la complacencia o la complicidad del Gobierno, hoy son tierra de criminales”.
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