México

Tren parlamentario

¿En dónde quedó el protocolo?

La Cámara de Diputados ejerció ayer con enjundia sus dos funciones primordiales: la legislativa y la de control político. Pero, al final de la tarde, quedaba el gusto amargo que no la deja desde hace años, porque sus determinaciones terminan siendo débiles, o parciales.

En la función legislativa, el saldo de la asamblea arrojó los siguientes números: aprobación de tres reformas de ley, una de éstas con la chapa de constitucional, y la aprobación también de 15 puntos de acuerdo que se transfiguraron en exhortos, la mayoría destinados al Ejecutivo Federal.

En la función de control político, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados recibió, en comparecencia, al embajador Julián Ventura, subsecretario de Relaciones para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para que respondiera, preponderantemente, preguntas sobre los motivos por los cuales el Gobierno de Felipe Calderón es tan complaciente y tan cobarde en la relación bilateral con Estados Unidos, al extremo de que ha permitido olímpicamente que el Gobierno de aquel país viole la soberanía nacional en asuntos como el de la operación “Rápido y Furioso”, en que unilateralmente autoridades norteamericanas permitieron el contrabando de armas estadounidenses hacia territorio mexicano, mismas que después fueron probadamente instrumentos de carnicerías del crimen organizado.

20:17 de la noche. Dos posiciones predominaron en la comparecencia del subsecretario. Una, la del subsecretario, reiteradamente optimista y reiteradamente insistente en el decir de que la relación bilateral de México y Estados Unidos ha evolucionado positivamente desde George W. Bush a la fecha…

Otra, la de la oposición con argumentaciones irrebatibles de un Porfirio Muñoz Ledo, del PT, y de una Beatriz Paredes Rangel, del PRI, que por momentos dieron la impresión de estarle hablando a un muro, que repetía, como grabadora, el mismo argumento de principio a fin.

“La relación bilateral”, decía Ventura en su mensaje inicial, “ha alcanzado un nivel de madurez que permite que hablemos con franqueza y ventilemos nuestras diferencias, siempre con ánimo de superarlas y continuar trabajando en beneficio mutuo. Nuestros contactos institucionales son sólidos y trascienden la coyuntura política”.

Decía también, ahora en su penúltima participación, tres horas después: “El gran cambio que se ha dado es que el nivel de interlocución del diálogo con el Ejecutivo (estadounidense) ha significado un cambio cualitativo, desde el anterior presidente (Bush). Y apostillaba: “Lo que se está construyendo son esquemas estructurales de diálogo y seguimiento. El saldo es positivo y hay que seguir amarrando compromisos y seguir trabajando en una responsabilidad compartida”.

Ya Paredes le había restregado a Ventura que la cancillería mexicana soslaya, al parecer deliberadamente, los instrumentos que le ofrece el derecho internacional, en asuntos como el de la violación a la soberanía nacional por el tráfico permitido de armas.

“Debería tener un activismo mayor con los mecanismos mundiales de derechos humanos”.

Algo así, pero más meco, irrebatible y sin contemplaciones, dijo Porfirio Muñoz Ledo cuando al subsecretario le recordó, porque lo sabe, que los Estados Unidos han suscrito Protocolos para el embargo de armas cuando se trate de combatir al crimen organizado.
La lectura de un párrafo del Protocolo de marras que Porfirio hizo, conmocionó el rostro del subsecretario, que sólo acertó a erguir el lomo y mirar al petista sin pestañear y con evidente dureza.

Entre lo que leyó Porfirio se escuchó que Estados Unidos está obligado por dicho Protocolo a aplicar la prevención de piezas y municiones y a investigar contrabandos de armas.

También, está obligado a adoptar medidas legislativas necesarias para tipificar como delito el tráfico ilícito de armas en su país, así como tomar medidas de incautación. El Protocolo, según Porfirio, fue firmado por el gobierno de los Estados Unidos el 8 de junio de 2001.

Porfirio entonces centró así a la Cancillería mexicana: “¿Por qué no fuimos a la Corte Internacional de Justicia? No creo que la diplomacia con Estados Unidos tenga que ser de modo para que no se enojen. Eso no puede ser”.

En la función legislativa, las reformas fueron: a la Constitución, para elevar a derecho constitucional el deporte en México; contra la trata de blancas, y reforma a la Comisión Nacional de Derechos Humanos. En todas éstas hubo peros, pero llamó la atención una: En la del deporte, olvidaron los diputados incluir el concepto jurídico de “exigibilidad”.

Los tres años del “Zócalo”

Hace unos días, el diario “Zócalo de Saltillo” circuló su edición número 1000 y, en muy poco tiempo, tres años, se ha convertido éste en un gran referente periodístico en la capital de Coahuila. Su matriz, sin duda, ha sido el “Zócalo de Piedras Negras”, que fundó el legendario periodista Francisco Juaristi padre, el 13 de junio de 1965, hace 46 años. Tiene, además, ediciones en Ciudad Acuña y Monclova.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando