México

Tren parlamentario

Nava y Rojas

A punto del final de este periodo ordinario, la noche del miércoles 15, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó  la creación de una comisión especial con chapa de pluripartidista, que tendrá el propósito de investigar las denuncias contenidas en el libro de la periodista Ana Lilia Pérez, titulado Camisas Azules, Manos Negras.

Fue una votación podría decirse que hasta alegre, oronda; muy bien planchada, como suelen tildarse a los acuerdos bien atados entre las fuerzas políticas representadas aquí, en el Congreso.

Los diputados del PRI votaron en favor, como también los legisladores todos del PAN. Y, por supuesto, con singular alegría también, diputados recalcitrantes como lo ha sido Gerardo Fernández Noroña.

Y cómo no, si la creación de la comisión de marras es, ni más ni menos, un danzón dedicado desde el principio a César Nava, el diputado del PAN que acaba de dejar la presidencia nacional de su partido; el mismo que Fernández Noroña no soltó nunca de las orejas, y   a quien se la pasó juzgando de corrupto por la supuesta compra de un departamento en Polanco, a donde, según el petista, vive a partir de que se ha casado, hace no más de mes y medio.

El punto de acuerdo en el cual se proponía la creación de la comisión especial pluripartidista, fue presentado al pleno de la Cámara de Diputados el 10 de marzo de este año,  por el diputado federal del PRI Alfonso Navarrete Prida.

En su argumentación, Navarrete Prida —uno de los diputados influyentes del estado de México, que gobierna Enrique Peña Nieto— dijo que “el propósito de dicho punto de acuerdo es indagar sobre supuestos actos de corrupción al interior de la empresa Petróleos Mexicanos”.

La auditoría Superior de la Federación, en su revisión de la cuenta pública de 2005, citados por Ana Lilia Pérez en su libro aquel, dicen acreditar “manejos ilegales  (de César Nava, en su calidad de responsable jurídico de la paraestatal) al contratar un despacho externo para defender a Pemex de una demanda que el ayuntamiento de Coatzacoalcos hizo por daños ambientales.

Pero la Auditoría descubrió que ese despacho contratado por Nava representaba también al ayuntamiento veracruzano. Y quien perdió la demanda, y 900 millones de pesos, fue nada menos que Petróleos Mexicanos.  
En el mismo libro, a Nava se le documentan casos de privatización a ultranza de trabajos de extracción de petróleo, en   favor de trasnacionales.  

El libro de Ana Lilia coincidió con la revelación, en marzo, de un convenio de colaboración que meses atrás habían firmado los líderes nacionales del PAN y PRI, y que firmó también Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México, a través de un peón, y aun teniendo como testigo al secretario de Gobernación de entonces, Francisco Gómez Mont.

Aquel convenio consistía en la promesa del PAN de no aliarse con el PRD en campañas electorales. Una promesa rota, por cierto, de lo que derivó la pérdida del PRI de las gubernaturas de Puebla, Sinaloa y Oaxaca.
Cuando en la sesión del 10 de marzo de este año, se dio a conocer en la tribuna de San Lázaro el contenido del convenio, inició una guerra descarnada entre los priistas y el PAN y Felipe Calderón.

Los priistas dijeron desde entonces que Nava había filtrado la carta; pero también Nava había faltado a su palabra, y, por tanto, ya decían,  era un rajón y un traidor.  

Fue el día en que Beatriz Paredes subió a la tribuna para debatir con Nava. El día, también, en que los diputados priistas del Estado de México tan molestos estaban que retaban al panista a lo que fuera.  
Uno de ellos, Navarrete Prida, pidió la tribuna entonces para proponer el punto de acuerdo alusivo a las acusaciones que se hacen contra Nava en el libro de marras. El mismo punto de acuerdo que se aprobó a tres minutos de que concluyera el periodo ordinario de sesiones, este 15 de diciembre.  

Pero, ¿qué motivó al PAN votar orondo la creación de una comisión especial que no tendrá otro propósito que  partirle el eje a César Nava, al PAN y a Calderón, en un año electoral como lo será el 2011?
Ese miércoles 15, en las filas del PAN  se susurraban algunas razones por las cuales  estaban bien dispuestos a votar en pro de la creación de la comisión investigadora aquella. Se afirma en las filas panistas que la Comisión tendrá que revisar todo lo que dice el libro de Ana Lilia.

Y allí mismo han hecho referencias también a la actuación del coordinador de la bancada priista de San Lázaro Francisco Rojas Gutiérrez, cuando éste fungió como director general de Petróleos Mexicanos en los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.

Hay un expediente de Rojas  —decían antenoche dos panistas— que sacarán cuando comience la refriega política en torno de la comisión que se ha creado. Un expediente que abordaría actuaciones corruptas en los niveles altos de la paraestatal de entonces. Y entonces podrían comenzar a arrepentirse los priistas de lo que crearon antenoche.
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