México

Tren parlamentario

La descripción de un ex presidenciable

Que es él un pasivo de la nación, un corrupto, un sinvergüenza y un asesino a sueldo, que no está tras las rejas nomás porque lo protegen, bien podría Juan Molinar Horcasitas digerirlo con la justificación de que quien lo acusa es uno de los diputados federales más recalcitrantes de la LXI Legislatura, el petista Mario di Costanzo. Pero que un panista le restriegue en su cara que es el miembro del gabinete presidencial que más desprestigia al Partido Acción Nacional y el que más arriesga la imagen de Felipe Calderón, eso sí ya calienta.

Un flamígero Javier Corral Jurado se topó de frente con Juan Molinar. Y de panista a panista, le expresó: “Estoy en desacuerdo con quienes de manera ilegal e inconstitucional cohesionan la explotación del espectro radioeléctrico en un intercambio inmoral de bienes del dominio de la nación por estrictos favores mediáticos y políticos. Y eso, secretario Molinar, también es una tragedia de la que usted sí es responsable”.

Estaban en la tercera ronda de una comparecencia que se prolongaba hasta la duración de  siete horas; y Molinar —cuyo inobjetable mérito ha sido concitar repulsión en contra suya, por su desbordada soberbia y actitud burlona hacia quienes le exigen se someta a la rendición de cuentas, sin escucharlos por supuesto—, ahí, en el centro de la sin duda  comparecencia más borrascosa de septiembre.

El diputado federal del PAN Javier Corral, el de la palabra más filosa en el panismo, entonces lo volvió a tocar así: “Su actuación personal y directa en todo el proceso de la licitación 21 que se planeó, diseñó y se llevó a cabo para beneficiar a Televisa, es lamentable; proceso absurdo que desnuda la fragilidad y vulnerabilidad del Gobierno frente al poder fáctico de la televisión y la falta de visión de Estado de quienes conducen la política de telecomunicaciones, reduciéndola a una política electoral”.

Comparecía Molinar a propósito de la Glosa del IV informe presidencial y, marcadamente,  cuatro eran los asuntos sobre los cuales  los diputados  lo interrogaban: los subejercicios, la quiebra de Mexicana de Aviación, la licitación 21 —en torno de la cual le aseguraban que él benefició a Televisa y a la empresa española Telefónica—, y sobre su actuación, por omisión, en el incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, del que se desprendió un minuto de silencio al iniciar la comparecencia y la siembra de cruces de papel en el recinto, en memoria de los 49 niños que perdieron la vida en el siniestro aquel.

“Por la polémica de aquella tragedia”, remachó el panista Corral al panista Molinar refiriendo también como una tragedia a la licitación 21, “y por su responsabilidad en éste, es quizá usted el miembro del gabinete del Presidente Calderón que más arriesga ya innecesariamente la imagen de la administración y que más cuesta al prestigio político de Acción Nacional”.

Tema candente, este de la licitación 21; justamente cuando un juez debe resolver si definitivamente el Gobierno de Calderón entrega el espacio radioeléctrico a Nextel y televisa, como han deseado aquellos —con Molinar a la cabeza— fervientemente.

Mario di Costanzo dijo a Molinar: “La licitación que usted tanto defiende, fíjese, el comisionado Rafael del Villar votó en contra, José Luis Peralta descalificó desde hace tiempo esa licitación, el comisionado Gil Elorduy, destacado jurista, se abstuvo de votar, y los únicos que votaron fueron su operador, el cuestionadísimo Mony de Swaan y Gonzalo Martínes Pous. Usted, así (con De Swaan y Pous) legitima una licitación en donde el Estado mexicano está perdiendo cinco mil millones de pesos y da la oportunidad de acentuar un monopolio. ¿Esto le parece legítimo, le parece moralmente decente, le parece legal?”.

Di Costanzo entonces fue cuando le dijo que en otro país alguien como Molinar debería estar tras las rejas. Pero no sucede así, remachaba el petista, “porque lo cubren, porque negocia con diputados la carreterita, la veredita, y los panistas lo cuidan. Pero en realidad lo único que le sale bien a usted es lo malo, lo turbio, lo poco transparente. Usted es un pasivo para esta nación; una vergüenza para el Estado mexicano”.

El PRI se cuidó lo suficientemente bien como para no pespuntearse con Molinar. Al final de cuentas, Molinar había llegado defendiendo a Televisa y a Nextel. Y el PRI no loco que se ponga a pelar con el poder fáctico número uno en México: la televisión de Emilio Azcárraga.

Juan Molinar Horcasitas enrojecía del rostro, una y otra vez. A Di Costanzo lo tildó de ofensivo, agravioso. A Corral, sin embargo, le contestó con una invitación a reunirse con él y con otros miembros del PAN, “para un debate mucho más profundo que el que el esquema de las comparecencias suelen tener”... Algo así como una reunión de conciliábulo.

Los priistas optaron por caminar por el sendero de los subejercicios. En lo que va del año, decía el diputado priista Javier Martín Gil,  ha incurrido en subejercicios carreteros por ocho mil millones de pesos, lo que ha afectado a la parálisis de obras en más de 100 caminos rurales.

Y no sólo eso, a ese ritmo el Gobierno a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de donde Molinar es el titular,  acumulará subejercicios durante 2010 por 15 mil millones de pesos. Y las entidades que más afectara el Gobierno con su parón de recursos, serán “Coahuila, Tamaulipas, Oaxaca, Tabasco, Nuevo León, Veracruz, Campeche, Sonora”,  casualmente —ya lo decía también el priista Leobardo Soto Martínez— entidades gobernadas por el Partido Revolucionario Institucional.

Siete horas después se fue. Turno del secretario de Salud.
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