México

Tren parlamentario

El valor de la Mesa Directiva

Era la víspera y ni el PRI ni el PRD cedían. Entonces, como duendes míticos, unas cantidades se pusieron a bailotear sobre la atribulada Cámara de Diputados, en un intento por revelar uno de los motivos reales por los cuales priistas y perredistas se han trenzado en una feroz disputa por la presidencia de la Mesa Directiva de San Lázaro.  

Cantidades que se asomaban apenas, difuminadas en esa atmósfera de niebla, misterio y engaño que suele barbotar súbitamente en los territorios del Congreso de la Unión, cada que se disputa el control de los instrumentos de Gobierno camarales que facilitan la consecución del poder.  

El que preside la Mesa Directiva en San Lázaro suele ejercer él, de manera directa, unos 500 mil pesos mensuales, más otra partida de 136 mil pesos que se van por un sendero discrecional, en forma de bonos, viáticos, contratación de asesores que responden más en  favor del  diputado presidente que de la Institución.   La repartición es la siguiente:

El presidente, como ya se dijo, recibe cada mes 500 mil pesos, para que lo gaste como quiera y sin tener que rendir cuentas a nadie. Cada uno de los vicepresidentes (dos) recibe 225 mil pesos mensuales. Cada uno de los secretarios (cinco), 175 mil pesos.  

Hay un fondo revolvente repartido así, también mensualmente: el presidente de la Mesa, 35 mil pesos; cada uno de los vicepresidentes, 25 mil pesos; cada uno de los secretarios, 20 mil.  
No es todo. Cada uno de los que integran la Mesa Directiva (un presidente; dos vicepresidentes; cinco secretarios) reciben 10 mil pesos mensuales de vales de despensa. Y, cada uno de ellos, otros cinco mil 700 pesos de vales de gasolinas. Y carro para cada uno de ellos.  

Pero, al final de cuentas, estas partidas, aun discrecionales, son poca cosa comparado con el cúmulo de oportunidades que un partido político tiene, en su búsqueda del poder, desde la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Es un coto de poder real.  

Un coto que se manifiesta en, por ejemplo, tener una relación directa con el Ejecutivo Federal, con 31 gobernadores y el Jefe de Gobierno de Ciudad de México, con los presidentes municipales y aun una relación directa con la representación más alta del Poder Judicial: la Suprema Corte de Justicia de la Nación.  Ante el presidente de la Mesa Directiva desfilan cada año, de septiembre a noviembre, prácticamente todos los líderes del país, para cabildear la parte correspondiente a sus presupuestos.  

Ya el país verá cómo a partir de mediados de septiembre se comienzan a acercar desde gobernadores, alcaldes, líderes de centrales campesinas y hasta rectores de universidades públicas. Todos, buscan encontrarse con el que preside la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, por una simple y sencilla razón: el presidente rezuma tanto poder al interior de la cámara que puede influir sobre las comisiones ordinarias y sobre los diputados en lo individual en torno de algún asunto determinado.  

Por todo lo anterior, es de discernir que la influencia de un presidente de Mesa hacia el interior de la Cámara –en la discrecionalidad del ejercicio del gasto, en la contratación de personal afín a sus intereses políticos, personales o de partido, y en su relación con grupo parlamentario-  es apenas un ángulo de ese esquema de poder bastante real que se tiene desde la presidencia de San Lázaro.

La Mesa Directiva esta constituida, de raíz, en un instrumento de poder político. Así la programaron desde su forjación el PRI, el PAN y el PRD, la tríada que el 3 de septiembre de 1999 reformó la vigente Ley Orgánica del Congreso de la Unión.  Nadie debe sorprenderse ahora acerca de la intensidad con que se disputan la Mesa priistas y perredistas. Y veamos por qué.  

Detrás del PRI de Francisco Rojas está Enrique Peña Nieto, el gobernador que en su Estado, el “EdoMex”, enfrentará en 2011 la elección estatal que no deberá perder si quiere ser el candidato presidencial del PRI en el 2012.  Y la Mesa de San Lázaro por supuesto que los priistas piensan utilizarla como bastión en su guerra por el 2012, pasando por el 2011.
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