México

Tren parlamentario

¿De quién es el negocio?

De unos días para acá, voces en el Congreso de la Unión de gran autoridad política y moral como la de don Juventino Castro y Castro, han comenzado a mirar el problema del narcotráfico como un asunto que, sencillamente, no se acabará porque alguien muy poderoso es el dueño del negocio. Y ese alguien no es otro que los Estados Unidos de América. Un Estado, el más poderoso del mundo, que ha puesto la mirada en México como la puso en Iraq y Afganistán.

El diputado federal y también magistrado en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo dijo en la semana, en San Lázaro.

El miércoles dijo que aquel país está realmente empeñado en que ese negocio no se acabe.

El diputado de 93 años de edad apostilló: “Se da mucha importancia a los capos mexicanos, pero son empleados de los capos americanos. ¿O qué? ¿Los mexicanos ponen la droga en las fronteras y de allí en adelante ellos también la distribuyen, o son aquellos quienes lo hacen?”

Y reiteraba entonces que “Quien está tan empeñado en que esto no se ponga de manifiesto es el Gobierno de Estados Unidos, porque él es el dueño del negocio más grande que existe”.

Él pasado martes, el magistrado en retiro dio el repaso sobre la situación cuando un reportero, en conferencia, le preguntó su opinión en torno de la militarización de la frontera con México, por parte de Estados Unidos.

“Realmente es muy grave”, dijo el legislador y magistrado. “Creo que es más grave de lo que la gente supone, porque hay un pretexto de Estados Unidos que está claro”. Y se preguntó don Juventino: “¿Por qué está pidiendo que haya tropa?

En realidad no está rebasando materialmente la frontera el narcotráfico. Están conviviendo con los traficantes de allá con la autorización del Gobierno de los Estados Unidos para que se surta la droga a su población. Así que es que no representa un problema grave”.

Y decía que “lo grave es al revés”, porque poniéndose a tiro de piedra en la frontera las tropas americanas se ponen éstas en condición de invadir a México cuando quieran.

Todavía insistió: “Esto que parecería una exageración, no lo es”. Y, dirigiéndose a los reporteros que le escuchaban, agregó: “Pónganse ustedes a pensar para qué quieren tanta gente en la frontera, si en la frontera no está pasando nada; simplemente los camiones.

Los túneles llevan la droga; no hay necesidad de nada, ni de policía, y sin embargo no están interviniendo en eso. Luego (entonces) son otros los propósitos, y los propósitos tienen que ser no tanto de si queremos invadir México’, sino que si ‘a lo mejor tenemos que invadir a México y necesitamos (allí) la tropa”.

No fue todo lo que dijo. Cuando otro reportero le preguntó sobre si es al Gobierno mexicano el que le corresponde alzar la voz, Castro y Castro respondió: “Finalmente, fíjense que México está en culpa. ¿Dónde se origina el narcotráfico? En México. ¿Por qué se origina? Porque lo manejó mal el Gobierno. Entonces, evidentemente, yo aseguro que el Gobierno (mexicano) estaría muy contento de poder decir en un momento dado: ‘nosotros no podemos hacer nada, porque nos están invadiendo los Estados Unidos’. Creo que inclusive propician toda la situación”.

Cuando declaraba esto último don Juventino, todavía no hacían esa declaración retumbante los secretarios de la Defensa y de Marina, de que “la guerra se está ganando y nadie tiene derecho a rendirse”…  Una declaración que, en los territorios del Congreso, llamó la atención porque llevaba el sello de ser un mensaje dirigido hacia alguien o hacia algunos dentro del Gobierno.

El martes 10, de esta semana, Juventino Castro había dicho también a quienes lo entrevistaban: “Ahora, ustedes saben bien que nadie puede explicar realmente cómo se estableció el narcotráfico en México, salvo un punto ahorita en el que todos están de acuerdo: Estados Unidos es el mayor consumidor de droga y (en) su frontera con México, que es la débil, decidieron utilizar para pasar la droga”.

Remachó: “Entonces, es nuestra frontera y no la de Canadá la que realmente importa. Repito, nadie puede saber qué hicimos, pero noten ustedes que narcotráfico o delincuencia organizada siempre es en el sentido en que los delincuentes están unidos con las autoridades”.

— ¿De los dos países?, terciaba una reportera.
— De los dos países y, evidentemente, así surge un foco que nunca pudieron ni quisieron apagar. Y, por lo tanto, estamos a punto de sufrir una situación muy  difícil que se le está yendo de las manos a Estados Unidos el problema. Entonces, se les va a ocurrir lo que hicieron con Iraq, en Afganistán: invadir.
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