México

Tren parlamentario

Ecos de río turbulento

Conforme se acerca la fecha del 8 de septiembre, tirios y troyanos toman posiciones y delinean la táctica de negociación que utilizarán a partir de ese día, cuando el Ejecutivo federal tenga que presentar al Congreso de la Unión los Criterios de Política Económica y sus propuestas de presupuestos de ingresos y egresos para el 2011.

Este lunes, el Partido Acción Nacional en voz de Mario Rivera Pocoroba –diputado presidente de la Comisión de Hacienda de San Lázaro- lanzó ayer el primer buscapié, con el evidente propósito de tantear los reflejos de sus contrincantes. Descartó que vaya a darse una reforma hacendaria, ahora que comience el periodo ordinario.
“En cuanto a la reforma hacendaria”, declaró Rivera Pocoroba, “creo que no son los tiempos oportunos”. Y apostillaba: “Hablar en este momento de una reforma fiscal sería tanto como hacer una afirmación totalmente carente de todo sentido lógico; como afirmarles a ustedes que lo que se pretende es hacer nuevos incrementos de impuestos, como sucedió el año pasado”.

Y volvía a remachar: “Creo que la Ley de Ingresos que presente el Ejecutivo federal y el Presupuesto de Egresos serán muy consistentes con los del año pasado; o sea, no va a haber una reforma. No serían los momentos del país para hablar de una reforma”.

¿Cuándo, entonces, si de eso se la pasaron hablando a principios de año?, un reportero picoteó al panista. Pero éste respondió —como quien trae el guión para responder a la primera provocación— que una reforma hacendaria, “como la pretendemos, no sería en este periodo (de septiembre a diciembre), sino en el siguiente periodo ordinario de sesiones. El de febrero a abril de 2011”.

Todavía en mayo pasado, en plena efervescencia electoral, voces del PAN en San Lázaro y Xicoténcatl pujaban por la reforma hacendaria. Ayer, Rivera Pocoroba afirmó: “Ahorita resultaría fuera de todo contexto. Primero, porque no se tiene un trabajo (se refería a una iniciativa o a un dictamen); segundo, porque el 8 de septiembre es una fecha límite (para que el Ejecutivo entregue su propuesta de paquete fiscal del año siguiente) y de aquí a ese día no vamos a tener absolutamente nada”.

Rivera Pocoroba no doblaba en la esquina todavía cuando Mario di Costanzo lo alcanzó. En una sucesiva conferencia, el diputado del Partido del Trabajo afirmó: “Me parece una declaración muy irresponsable la de Mario Becerra, cuando señala que ya no habrá reforma fiscal”. Y apostillaba también: “Es decir que a la población se le seguirá cargando con los impuestos que subieron el año pasado, y con los aumentos en las gasolinas”.

E insistía Di Costanzo: “Pues a pesar de lo que ha dicho (Rivera Pocoroba), en el sentido de que no habrá reforma fiscal, el PT insistirá en el próximo periodo ordinario en reducir el gasto público, el gasto corriente y acabar con los paraísos fiscales, que han permitido que las grandes empresas eludan impuestos”.

Si le mira a la negociación política de los presupuestos anuales como una guerra legislativa, estos tonos declarativos de unos y otros no eran más que los primeros escarceos. La avanzada.

Di Costanzo lanzó entonces su buscapié, con la también evidente intención de meterle un calambre el PAN: “Otro elemento importante para nosotros”, dijo el petista cuya argumentación en política económica más ha armonizado con los razonamientos de los economistas más prominentes en las filas del partido de la primera minoría, el PRI, “es que vamos a plantear y estamos cabildeando con el Partido Revolucionario Institucional que se pueda proponer la reducción de impuestos, regresar el ISR a la tasa de 28% y congelar el incremento a los precios de las gasolinas para el próximo año; porque nos parece que el Gobierno, lejos de hacer más eficiente a raíz de las modificaciones tributarias aprobadas el año pasado, se hizo más negligente, más despilfarrador”.
Por ahí, muy cerca, se situaba el diputado perredista Vidal Llerenas Morales. Y justo en medio del panista y el petista se colocaba, cuando dijo: “Me da la impresión que la posición del Gobierno este año consistirá en no discutir cambios fiscales importantes, y tiene algo de lógica porque el año pasado se hicieron cambios importantes; tampoco es bueno que estén cambiando las leyes fiscales todo el tiempo. Sin embargo, sí tenemos un sistema tributario con muchos problemas; tenemos que insistir en quitar los hoyos que tiene el sistema fiscal, especialmente sobre el ISR, en donde hay empresas que no tributan de manera adecuada porque están en un régimen especial, ya sea porque consoliden, ya sea porque están en el sector primario o en el sector automotriz”.

Zorruno, el PRI callaba este lunes. Con su silencio era claro el mensaje a todos de que, con sus casi 260 votos (entre el PRI y el PVEM, los tienen, y para aprobar presupuestos sólo se requieren 251 como mínimo) se constituirá, evidentemente, en algo más que en el fiel de la balanza.
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