México

Tren Parlamentario

¿A dónde se fue el cabildeo?

El pleno de la Cámara de Diputados tiene que aprobar la Ley de Ingresos a más tardar el 20 de este mes, para después enviar la minuta, para su refrendo, al Senado de la República, que deberá hacer lo propio el día 30, como fecha límite, para que a partir de entonces puedan iniciar los diputados la discusión de los egresos, y entonces puedan a éste último aprobado a más tardar el 15 de noviembre. Hay, sin embargo,  accionares que no se comprenderían si no se supiera que estos procesos legislativos anuales han estado manipulados por decisiones político-partidistas.

Verbigracia: Este viernes 8 es día en que la Comisión de la Cámara de Diputados que tiene la primerísima responsabilidad de estudiar, analizar y dictaminar la Ley de Ingresos, la de Hacienda y Crédito Público, no se ha reunido plenariamente, para lo que se supone debería estar haciendo prácticamente desde que el paquete fiscal fue entregado: el pasado 8 de septiembre.

Los diputados que integran la Comisión de marras  no se han reunido desde finales de abril pasado. Y no lo han hecho porque su presidente, el diputado panista Mario Alberto Rivera Pocoroba, no ha tenido a bien convocarlos.

A Rivera Pocoroba más de un diputado del PT y PRD le ha estado pidiendo que lo haga, porque es de sentido común suponer que sólo reuniéndose el pleno, los diputados miembros estarían tratando de cumplir con sus atribuciones, facultades y funciones propias del Poder Legislativo: revisar, analizar y dictaminar las propuestas legislativas, para después enviar dichos dictámenes a la asamblea de los 500 diputados, para su discusión y votación final.

La gente ha de suponer que las comisiones ordinarias han estado allí para la fabricación de leyes, vía cabildeo, negociación o revisión de costos y beneficios de dichas normas a través de su inmersión en las técnicas legislativas.

Supone bien a medias, porque no siempre se construyen las leyes en México bajo esos formatos establecidos por la Ley Orgánica del Congreso de la Unión. El formato que dicta que todo proceso legislativo tiene que pasar por comisiones para su revisión, análisis, estudio y posterior dictamen, sea éste en sentido negativo o positivo.

Leyes neurálgicas como éstas de los ingresos y los egresos, que cada año se les somete a aprobación  —y cuyos efectos en la población repercuten inmediatamente en la vida de los partidos políticos—, suelen pasar por un proceso legislativo distinto al que mandata la Ley Orgánica.

La revisión de los ingresos no sucede en el seno de la comisión, sino en reuniones adonde no asisten, evidentemente, todos los diputados que deberían estar allí. Dichas reuniones —así ha sido todo estos años— suelen tener el sello de los conciliábulos, y suelen ocurrir en domicilios particulares, apartados de restaurantes exclusivos o en oficinas de personajes que públicos y privados cuyo común denominador consiste en ser influyentísimos.

No hace mucho, por ejemplo, en una de las conversaciones de Carlos Ahumada se supo que, en los tiempos de  la LX Legislatura, sucedieron reuniones de diputados y senadores en la casa de Carlos Salinas de Gortari, en donde hablaban de los presupuestos.

Ahora, por estos días, común ha sido escuchar en los pasillos de San Lázaro que empresarios, algunos rectores y gobernadores y, por supuesto, presidentes municipales, en su camino a San Lázaro —para hacerse presentes con sus solicitudes de partidas presupuestarias— han torcido su paso por un recodo del camino que los lleva primero a Toluca, adonde despacha el gobernador que más influencias tiene entre los hombres clave del grupo parlamentario más grande de la Cámara de Diputados: el priista Enrique Peña Nieto.

Por el lado del PAN también se cuecen habas. Rivera Pocoroba suele convocar fuera de San Lázaro sólo a los diputados que es de presumir le conviene o le son afines. Y entre éstos están priistas y panistas.

No es  gratuito el hecho de que, por estas fechas en que aún no se reúne el pleno de la Comisión de Hacienda y en que está acercándose la fecha fatal para que los diputados deba  tener aprobada la Ley de Ingresos, surjan versiones en el sentido de que en realidad el PAN y el PRI ya decidieron los términos en que será autorizada la Ley de Ingresos el 20 de octubre. Ya no forcejean. Ya no pelean, porque el PRI ya aceptó que el IVA no baje, como tanto lo habían estado prometiendo desde julio.

Y para ello, la cúpula priista tendría preparada ya la argumentación correspondiente, sin importarle que le protesten quienes le protesten en el interior de la bancada. Uno de esos argumentos: el PAN garantizará una bolsa de 100 mil millones de pesos para un fondo destinado a los estados donde ha habido desastres naturales, a cambio de que el IVA se quede en 16 por ciento.
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