México

Tren Parlamentario

Tren Parlamentario por Vicente Bello

El Congreso de la Unión siguió viajando ayer a contrapelo de su propia naturaleza. Si los diputados y senadores cumplieran cabalmente con la función más importante que la Constitución les ha otorgado, la de servir de contrapeso de las otras manifestaciones del poder público, y de los fácticos legales, entonces los bancos que integran el sistema financiero mexicano no seguirían riéndose del Poder Legislativo, y de quienes éstos dicen representar, como es de presumir se han estado carcajeando desde hace varios años, meses y días.

Sin ir más allá de la superficie, el PRI en el Senado ha estado “cacareando” un dictamen que, de origen, ha cargado de por sí con el sello de la cobardía, porque ni ellos ni el resto de los partidos políticos han sido capaces de presentar una iniciativa de reforma de ley que, en serio, ponga un definitivo y contundente “hasta aquí” a los banqueros, que con un cinismo superlativo imponen condiciones financieras a México que rayan en las condiciones de una dictadura.
A diputados y senadores, múltiples voces —como la de Carlos Slim— propusieron con la meridiana claridad del sentido común: “Fijen topes, un techo pues, a las tasas de interés y comisiones” aplicadas por la banca comercial mexicana. Una banca voraz y depredatoria, que como serpiente hambrienta ha comenzado a tragarse la cola en esta crisis financiera y económica.

Sólo un senador dijo esta boca es mía (Ricardo Monreal) en respuesta a los reclamos de la gente, y planteó una iniciativa en ese sentido: no ir más allá de los veintitantos puntos de la tasa de interés. Y, además, todos aquellos créditos que entrasen en moratoria por causa de las elevadísimas tasas y comisiones, pues que fueran los banqueros los obligados a responder, con su propio dinero, para evitar con ello que pretendan ser rescatados con otro Fobaproa, como sucedió en 1998, con la crisis desatada en diciembre de 1994.

No está claro qué sucedió entre Xicoténcatl y San Lázaro, con la minuta que los senadores aprobaron a propósito de las tarjetas de crédito.

Ya en la recta final del periodo ordinario recién finiquitado, los senadores aprobaron una reforma dedicada al abuso de los banqueros que festinaron como si de veras fuera a cumplir con un acto de justicia esperado desde hace años por los mexicanos.

En la minuta que enviaron a los diputados —según lo ha afirmado ayer en televisa el senador priista José Eduardo Calzada Rovirosa—, se “prohíbe a los banqueros mandar a las casas (de la gente) tarjetas de crédito preaprobadas; prohíbe también que puedan (los banqueros) subir o elevar el límite de crédito, de modo unilateral, sin contar con la autorización del usuario; prohíbe también que llamen a nuestras casas a ofrecer servicios financieros; únicamente podrán hablar a los negocios con previa autorización del usuario de la tarjeta de crédito. También prohíbe el cobro de algunas comisiones en ciertos servicios y estamos determinando que eso sea prohibido, por ejemplo: si te excedes en tu límite de crédito”.

Esa minuta, que no ha pasado de allí porque los diputados han sido todavía más medrosos que los senadores y la han detenido de facto, más se semeja a la redacción de la solicitud que hace un tímido empleado a su patrón intolerante y flemático, que un mandato jurídico.

El pretexto que utilizaron el PRI y el PAN en la Cámara de Diputados para detener le de por sí suave minuta, fue el siguiente: “Una diferencia en cuanto al artículo que tiene que ver con los corresponsales financieros”.

Calzada Rovirosa explicó así a la televisora, la interlocutora de Manlio Fabio Beltrones: “Los corresponsales son actividades que se pueden llevar a cabo fuera de los bancos. Actividades de depósito y también de retiro de dinero, digamos, en la caja de un supermercado. Nosotros le pusimos límites para sacar dinero de mil 500 UDIS y para depositar hasta cuatro mil UDIS, y la diferencia es que nosotros consideramos que la facultad viene de permanecer en el Congreso y la autoridad considera que debe permanecer en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores”.

El senador siguió: “El punto es que ese paquete de medidas tiene que ver con defender los intereses de los usuarios de las tarjetas de crédito. Hay un abuso sistemático por parte de los bancos. las comisiones y los intereses llegan hasta 120% anual en algunas ocasiones”.

Jamás sin embargo PRI y PAN en el Senado, y tampoco en San Lázaro, se comprometieron a echar mano del argumento que salió del sentido común: imponer topes en el techo de las tasas de interés y comisiones.
Ahora, estas salidas del PRI se han comenzado a ver en el Congreso como un modo de “curarse en salud”, y de “cacarear” algo que no lograron ni siquiera en los términos más suaves. La banca simplemente atajó al PRI y al PAN yéndose a atorarlos a San Lázaro.
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