México

Tras 12 días, ‘‘Alex’’ sigue complicando el panorama

El desborde de los ríos Bravo y Salado afecta la vialidad, exportaciones y salud en el Norte del país

CIUDAD DE MÉXICO (14/JUL/2010).- El desfogue de las presas Falcón y Venustiano Carranza mantienen desbordados los ríos Bravo y Salado que inundan comunidades y poblados en las partes bajas de Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, y cortaron las vías férreas, caminos y carreteras que comunican a la Frontera Noreste con el resto del país.

A 12 días del impacto del huracán “Alex”, la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA) aumentó el desfogue de la Presa Falcón, en Tamaulipas, y alertó a comunidades ribereñas del Río Bravo a tomar precauciones ante la creciente.

La presa Venustiano Carranza pasó de 425 a mil 125 metros cúbicos por segundo el desfogue al río Salado, por lo que continúa suspendida la circulación en la carretera nacional Monterrey-Nuevo Laredo, “720 toneladas de mercancías están varadas en la frontera”, informaron las autoridades aduaneras.

Aunque los puentes internacionales están abiertos, la circulación es local en el II Juárez-Lincoln, I Puerta de las Américas y el III Comercio Mundial, en Nuevo Laredo, así como en el Reynosa-Hidalgo, en Reynosa, y el Solidaridad Colombia, en Nuevo León.

El corte carretero por tres días más

Continúan dañados los caminos y autopistas, como la de Nuevo Laredo-Anáhuac y Nuevo Laredo-Piedras Negras, Mier-Nuevo Laredo y Reynosa-Matamoros.

En Reynosa, por el desfogue de la presa Falcón, más de mil casas están bajo el agua y el nivel del afluente sigue en aumento, pese a que Doroteo Treviño Fuente, residente general de la Comisión Nacional del Agua con base en Monterrey, Nuevo León, afirmó que el nivel ya estaba descendiendo y que el peligro estaba alejándose.

Sin embargo, familias asentadas en la colonia 21 de Marzo afirmaron que el nivel del agua subió otro metro más, cubriendo más casas.

Elementos de la Fuerza Aérea apoyaron a 31 personas atrapadas en la carretera nacional desde el viernes, cuando se trasladaban a Nuevo Laredo y que no pudieron pasar por la inundación del Río Salado.

Según autoridades de Protección Civil de Nuevo León dicha carretera seguirá cerrada a la circulación tres días más por lo menos. Informaron que la autopista Saltillo-Monterrey fue abierta.

Acciones sanitarias

Ante el aumento de las enfermedades gastrointestinales en la zona metropolitana de Monterrey, como la diarrea en 20%, autoridades del IMSS recomendaron hervir el agua o tomar el líquido embotellado y potabilizado.

Especialistas dieron a conocer que el incremento de este tipo de padecimientos se debe a la ingestión de agua sucia que sale de las tuberías de los hogares.

En Ciudad Victoria, desde que comenzó la contingencia por el impacto del huracán “Alex”, se movilizaron 227 trabajadores de la Secretaría de Salud, para prevenir y atender enfermedades como el dengue, la conjuntivitis, dermatosis e infecciones gastrointestinales, informó el secretario estatal de Salud, Juan Guillermo Manzur Arzola.

Afectaciones

9 mil vehículos circulan diariamente por la carretera nacional Monterre- Nuevo Laredo, la cual se encuentra suspendida a causa del desfogue del Río Salado.

Mil 77 planteles educativos resultaron afectados y de ellos 60 sufrieron daños severos en su infraestructura.

23 municipios tamaulipecos continúan afectados y habitantes de varias comunidades claman por la ayuda del Gobierno federal.

Mil 453 personas se encuentran albergadas en 19 refugios temporales en distintos municipios de Ciudad Victoria, Tamaulipas.

CRÓNICA


La corriente se llevó la cuna de Paola

Paola aún no nace y ya sintió el rigor de la naturaleza, tiene casi siete meses de gestación en el vientre de su madre Rossana Ramírez, quien padeció el desbordamiento del Río Álamos, en la Cuenca Carbonífera, una de las regiones más devastadas por el azote de las lluvias que ocasionó “Alex”.

Dice que el Álamos, al que todos conocen como “El Coyote”, colinda con el patio de su casa, justamente en calle Álamos 59, de la Colonia Rovirosa en la ciudad de Nueva Rosita, municipio de San Juan de Sabinas.

“Fue espantoso, el agua subió varios metros, al menos unos cuatro; tumbó puertas y alcanzó hasta el segundo piso, donde habíamos resguardado algunos muebles”. La avenida no respetó nada, “se tragó” todo lo que pudo y les arruinó todo lo que tenían.
Rossana, quien espera con ilusión a su segundo bebé, está triste. Tenía lista la cuna en donde dormirá Paola en cuanto nazca, en septiembre, según los cálculos, pero la corriente se llevó hasta la carreola, el portabebé, la ropita, los pañales, los biberones y hasta un columpio.

La tercera advertencia fue la definitiva. “Ya nos habían dicho que el agua subiría”. Durante la madrugada del 5 de julio, el nivel del río comenzó a subir; con la creciente sonaron las alarmas de la empresa Industrial Minera México y sólo por esa alerta y los avisos en las estaciones de radio fue como se pusieron a salvo.

Huyó con su esposo José de Jesús de León, su hijo de cinco años y sus papás a la colonia María, pero también se inundó y ahora se alojan con un sobrino. “La tragedia unió a muchas familias”.

Hubo quienes intentaron rescatar algunas pertenencias, pero la mayoría perdió muebles de todo tipo, ropa, zapatos... El patrimonio que habían logrado construir con esfuerzo.

De la vivienda, pintada de color crema, dice: “Aquí nací, es la casa de mis padres, es amplia con cinco cuartos y tiene como mil metros de terreno”. Sin embargo, considera que tendrá que dejarla porque está repleta de lodo hasta en los rincones.

“Lo importante es que estamos vivos y que Dios nos permite dar vida. Tenemos que pasar por pruebas y ésta es una de ellas. Él sabe por qué las hace”.

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