México
''¿Todos somos Juárez?''
Los derechos humanos han pasado de ser el gran tema a un distante segundo plano
Ciudad Juárez, ni Gustavo de la Rosa, defensor y promotor de los derechos humanos, fueron convocados a las reuniones de
Felipe Calderón con sectores de la entidad fronteriza. No se soslaya que a pesar de esto han estado presentes buena parte. Con preocupación, por no decir otra cosa, el tema de los derechos humanos se ha ido borrando. Los derechos humanos han pasado de ser el gran tema a un distante segundo plano.
¿Por qué es importante hablar con estos tres personajes? Fundamentalmente, por lo que han hecho por Ciudad Juárez y por lo que ellos representan. Dicen las cosas directas, han vivido en carne propia las presiones y han estado marcados por la violencia y la muerte de familiares y amigos cercanos. Han estado a punto de darse por vencidos, pero a la mera hora se han defendido, a pesar del dolor, y no han permitido que les gane la adversidad. Por lo que han vivido no dudan en denunciar lo que pasa en Ciudad Juárez cuando duele el estómago, no cuando ha pasado el tiempo.
Las dos reuniones encabezadas por el Presidente han sido fundamentalmente catárticas. Era de esperarse, y sólo será al paso del tiempo —hablan ya de 100 días— cuando se puedan apreciar resultados, cuando se vean indicadores reales de la efectividad de lo que se dice y promete. El tiempo no ha sido un aliado para la presidencia de Calderón. El Gobierno ha diseñado varios planes y la gran mayoría se queda en el camino. Lo peor es que no han tenido ni seguimiento. El “todos somos Juárez” presidencial vale en la medida en que el Gobierno realmente instrumente la estrategia que tenga en la ciudad fronteriza y ésta sea el punto de partida para una estrategia macro.
Calderón tiene que escuchar, pero sobre todo actuar en función de lo que escucha. Por ello, Marisela, Elizabeth y Gustavo son importantes. Ellos representan opiniones duras que salen de las entrañas, del alma y de la reflexión. No es que los que han hablado no tengan cosas importantes que decir, por supuesto que las tienen y lo han dicho. Lo importante es que para gobernar y rehacer a Ciudad Juárez no basta con voluntarismos, dinero y cara de resignación. Para hacerlo se requiere de algo que no pareciera querer y, a estas alturas, ni poder, el Gobierno de Calderón: cuestionar lo que ha hecho hasta ahora. No es sólo la seguridad, es la economía, la política, la esperanza y la credibilidad; como ve, ¡casi nada! Pero que no se olvide que junto con la imperiosa necesidad de atacar los problemas de la ciudad fronteriza, anda también de por medio que el país no termine por ser el Ciudad Juárez de hoy.
Si “todos somos Juárez”, Presidencia debe cuidar no dejar fuera a las voces que como Marisela, Elizabeth y Gustavo llevan años en el trabajo de reconstrucción social de Ciudad Juárez.
¡OUUUCHCHCHCH! Más de ocho meses lleva México sin embajador de Alemania. La recepción del lunes a los directores de la interesante película Revolución, producida por Canana e Imcine, como que no entendía que en un país como Alemania no tuviéramos embajador.
Ni Marisela Ortiz, directora de “Nuestras hijas de regreso a casa”, ni Elizabeth Flores, de la Pastoral de
¿Por qué es importante hablar con estos tres personajes? Fundamentalmente, por lo que han hecho por Ciudad Juárez y por lo que ellos representan. Dicen las cosas directas, han vivido en carne propia las presiones y han estado marcados por la violencia y la muerte de familiares y amigos cercanos. Han estado a punto de darse por vencidos, pero a la mera hora se han defendido, a pesar del dolor, y no han permitido que les gane la adversidad. Por lo que han vivido no dudan en denunciar lo que pasa en Ciudad Juárez cuando duele el estómago, no cuando ha pasado el tiempo.
Las dos reuniones encabezadas por el Presidente han sido fundamentalmente catárticas. Era de esperarse, y sólo será al paso del tiempo —hablan ya de 100 días— cuando se puedan apreciar resultados, cuando se vean indicadores reales de la efectividad de lo que se dice y promete. El tiempo no ha sido un aliado para la presidencia de Calderón. El Gobierno ha diseñado varios planes y la gran mayoría se queda en el camino. Lo peor es que no han tenido ni seguimiento. El “todos somos Juárez” presidencial vale en la medida en que el Gobierno realmente instrumente la estrategia que tenga en la ciudad fronteriza y ésta sea el punto de partida para una estrategia macro.
Calderón tiene que escuchar, pero sobre todo actuar en función de lo que escucha. Por ello, Marisela, Elizabeth y Gustavo son importantes. Ellos representan opiniones duras que salen de las entrañas, del alma y de la reflexión. No es que los que han hablado no tengan cosas importantes que decir, por supuesto que las tienen y lo han dicho. Lo importante es que para gobernar y rehacer a Ciudad Juárez no basta con voluntarismos, dinero y cara de resignación. Para hacerlo se requiere de algo que no pareciera querer y, a estas alturas, ni poder, el Gobierno de Calderón: cuestionar lo que ha hecho hasta ahora. No es sólo la seguridad, es la economía, la política, la esperanza y la credibilidad; como ve, ¡casi nada! Pero que no se olvide que junto con la imperiosa necesidad de atacar los problemas de la ciudad fronteriza, anda también de por medio que el país no termine por ser el Ciudad Juárez de hoy.
Si “todos somos Juárez”, Presidencia debe cuidar no dejar fuera a las voces que como Marisela, Elizabeth y Gustavo llevan años en el trabajo de reconstrucción social de Ciudad Juárez.
¡OUUUCHCHCHCH! Más de ocho meses lleva México sin embajador de Alemania. La recepción del lunes a los directores de la interesante película Revolución, producida por Canana e Imcine, como que no entendía que en un país como Alemania no tuviéramos embajador.
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