México
Todo queda en familia
Las últimas dos décadas han pasado la Navidad juntos, son de la misma zona del Estado y, hasta hace una semana, los dos eran militantes del PRI
La carrera por la gubernatura de Guerrero va a quedar en familia. En enero, los ciudadanos elegirán entre dos primos: Manuel Añorve y Ángel Aguirre. Las últimas dos décadas han pasado la Navidad juntos, son de la misma zona del Estado y, hasta hace una semana, los dos eran militantes del PRI.
Tras 30 años de militancia, Aguirre Rivero, quien fue gobernador interino a la salida de Rubén Figueroa, dejó el jueves pasado su credencial tricolor y de inmediato se volvió candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia. La ruptura se veía venir: el PRI de Guerrero estaba en el “juego de las sillas”, en donde había más personas bailando que asientos para ubicarse cuando apagaran la música.
Cada uno pelea por sus intereses, y así no hay huesos que alcancen: el ex gobernador Figueroa ofrece su apoyo a cambio de que su hijo fuera senador en 2012; el ex mandatario René Juárez quiere el mismo escaño para él; idéntica aspiración tiene el ex candidato —derrotado por el actual mandatario, Zeferino Torreblanca— Héctor Astudillo; otro ex, Ángel Aguirre, buscaba un lugar para él y otro para su hijo; Efrén Leyva, dirigente estatal del PRI, anhelaba también la Cámara alta.
Cuando paró la música, Aguirre se quedó sin silla... tricolor, pero se la arrimaron pronto en el PRD. Lo hicieron sobre la tumba del que era su “gallo”, el presidente del Congreso local, Armando Chavarría, asesinado en circunstancias aún por esclarecer; por encima del actual gobernador que parece tener más vasos comunicantes con el abanderado priista Añorve —cercanísimo a Manlio Fabio Beltrones—; lo hicieron arrasando las aspiraciones del joven diputado federal Armando Ríos Peter —apodado “El Jaguar de la Costa”, por un singular baile que estelariza mitin a mitin—; y a costa de su propia historia: durante el mandato de Ángel Aguirre en Guerrero, de 1996 a 1999, el PRD interpuso más de un centenar de denuncias en su contra por asesinatos, desapariciones, torturas y represión.
La complejidad de la caliente sucesión guerrerense tiene al menos una arista más: el PAN, todo apunta, no apoyará en alianza con el PRD la candidatura de Ángel Aguirre, pues la percepción de los azules es que si gana, terminará operando a favor de Enrique Peña Nieto en la elección de 2012.
Prevista como elección cerrada, pulverizadas las lealtades, todos los factores cuentan y se cotizan. Cada grupo —sea de ex candidato, de ex gobernador, de diputado, de gobernador, sea de cualquier partido— puede marcar la diferencia en la balanza.
Este “pozole guerrerense” se cocina a fuego alto: según el reporte del Gobierno federal presentado al concluir los Diálogos por la Seguridad, en este Estado hay otras cuatro contiendas que no se rigen en las urnas, pues se están peleando los Beltrán Leyva contra el cártel del Pacífico, los del Pacífico contra los del Golfo-Zetas, los del Golfo-Zetas contra La Familia Michoacana, y La Familia contra los Beltrán.
Saciamorbos
Un subprocurador federal fungiendo de “gestor” para que condonen multas a sus amigos. ¡Oh, Dios!
Tras 30 años de militancia, Aguirre Rivero, quien fue gobernador interino a la salida de Rubén Figueroa, dejó el jueves pasado su credencial tricolor y de inmediato se volvió candidato de la coalición PRD-PT-Convergencia. La ruptura se veía venir: el PRI de Guerrero estaba en el “juego de las sillas”, en donde había más personas bailando que asientos para ubicarse cuando apagaran la música.
Cada uno pelea por sus intereses, y así no hay huesos que alcancen: el ex gobernador Figueroa ofrece su apoyo a cambio de que su hijo fuera senador en 2012; el ex mandatario René Juárez quiere el mismo escaño para él; idéntica aspiración tiene el ex candidato —derrotado por el actual mandatario, Zeferino Torreblanca— Héctor Astudillo; otro ex, Ángel Aguirre, buscaba un lugar para él y otro para su hijo; Efrén Leyva, dirigente estatal del PRI, anhelaba también la Cámara alta.
Cuando paró la música, Aguirre se quedó sin silla... tricolor, pero se la arrimaron pronto en el PRD. Lo hicieron sobre la tumba del que era su “gallo”, el presidente del Congreso local, Armando Chavarría, asesinado en circunstancias aún por esclarecer; por encima del actual gobernador que parece tener más vasos comunicantes con el abanderado priista Añorve —cercanísimo a Manlio Fabio Beltrones—; lo hicieron arrasando las aspiraciones del joven diputado federal Armando Ríos Peter —apodado “El Jaguar de la Costa”, por un singular baile que estelariza mitin a mitin—; y a costa de su propia historia: durante el mandato de Ángel Aguirre en Guerrero, de 1996 a 1999, el PRD interpuso más de un centenar de denuncias en su contra por asesinatos, desapariciones, torturas y represión.
La complejidad de la caliente sucesión guerrerense tiene al menos una arista más: el PAN, todo apunta, no apoyará en alianza con el PRD la candidatura de Ángel Aguirre, pues la percepción de los azules es que si gana, terminará operando a favor de Enrique Peña Nieto en la elección de 2012.
Prevista como elección cerrada, pulverizadas las lealtades, todos los factores cuentan y se cotizan. Cada grupo —sea de ex candidato, de ex gobernador, de diputado, de gobernador, sea de cualquier partido— puede marcar la diferencia en la balanza.
Este “pozole guerrerense” se cocina a fuego alto: según el reporte del Gobierno federal presentado al concluir los Diálogos por la Seguridad, en este Estado hay otras cuatro contiendas que no se rigen en las urnas, pues se están peleando los Beltrán Leyva contra el cártel del Pacífico, los del Pacífico contra los del Golfo-Zetas, los del Golfo-Zetas contra La Familia Michoacana, y La Familia contra los Beltrán.
Saciamorbos
Un subprocurador federal fungiendo de “gestor” para que condonen multas a sus amigos. ¡Oh, Dios!
Síguenos en