México
¡Tendremos nuevos pavimentos!
¿Qué opinas de solicitar un préstamo por mil cien millones de pesos para la pavimentación de las calles de la ciudad?
¿Qué opinas de solicitar un préstamo por mil cien millones de pesos para la pavimentación de las calles de la ciudad?, me preguntó hace un par de meses Mauricio Gudiño Coronado, responsable directo del área encargada de presentar el proyecto, tanto el operativo, como el financiero.
La plática se dio en tono y circunstancias de amigos y nada más, pero como era la primer ocasión que oía que se pretendía llevar a cabo dicho proyecto, me pareció riesgoso, aunque al mismo tiempo necesario, pues además de las molestias que provoca el mal estado de las calles, muchos accidentes son ocasionados por lo mismo, además del costo en reparaciones de autos y exceso de tiempos de desplazamiento, lo que hacía parecer congruente el proyecto. Luego de pensarlo un poco, le dije: se van a meter en un problema si solicitan un crédito, la genta ya no confía en los políticos, lo primero que se va a pensar es cuánto se van a llevar al bolsillo.
Sí, repuntó, pero tenemos que correr el riesgo, el diagnóstico es claro, me decía Mauricio, porque ante la imposibilidad de contar con nuevas calles o avenidas y de dotar de un sistema vial ágil y oportuno –en el corto plazo- lo que la ciudadanía quiere es que por lo menos les dotemos de calles por las cuales se pueda circular adecuadamente, ya sea en auto, camión, motocicleta, bicicleta e incluso caminar, pues hoy en día lo que queda de los pavimentos es la sombra de lo que fueron, de ahí que haya tantos percances de diferente tipo y una gran exigencia de la ciudadanía para que el Ayuntamiento tapatío haga algo, aunque se tome una deuda, siempre y cuando se elija con mucho cuidado la fuente de financiamiento y las condiciones a pagar, porque sino, al rato nos puede salir “lo comido por lo servido”.
Así, palabras más, palabras menos, iniciamos lo que yo acostumbro llamar el proceso de las DDD: Discurrir, Discutir y Debatir. Por supuesto que se trataba de una plática de amigos, en esa mesa no se iba a resolver nada, lo que es más, según pude saber después, el proyecto fue analizado y planeado por especialistas en varias materias, con lo que no contaron entonces –ahora lo sabemos- es el obstáculo que significaría el gobierno del estado o mejor dicho el gobernador Emilio González, quien ha declarado públicamente que “ese es su sistema” crear debate para llegar a consensos.
Rara forma de pensar y de actuar, pues para debatir es indispensable contar con argumentos, mismos que no en todas las polémicas que ha levantado le acompañan, luego entonces con ocurrencias no se debe gobernar, pero lo bueno es que finalmente sí tendremos nuevos pavimentos.
La plática se dio en tono y circunstancias de amigos y nada más, pero como era la primer ocasión que oía que se pretendía llevar a cabo dicho proyecto, me pareció riesgoso, aunque al mismo tiempo necesario, pues además de las molestias que provoca el mal estado de las calles, muchos accidentes son ocasionados por lo mismo, además del costo en reparaciones de autos y exceso de tiempos de desplazamiento, lo que hacía parecer congruente el proyecto. Luego de pensarlo un poco, le dije: se van a meter en un problema si solicitan un crédito, la genta ya no confía en los políticos, lo primero que se va a pensar es cuánto se van a llevar al bolsillo.
Sí, repuntó, pero tenemos que correr el riesgo, el diagnóstico es claro, me decía Mauricio, porque ante la imposibilidad de contar con nuevas calles o avenidas y de dotar de un sistema vial ágil y oportuno –en el corto plazo- lo que la ciudadanía quiere es que por lo menos les dotemos de calles por las cuales se pueda circular adecuadamente, ya sea en auto, camión, motocicleta, bicicleta e incluso caminar, pues hoy en día lo que queda de los pavimentos es la sombra de lo que fueron, de ahí que haya tantos percances de diferente tipo y una gran exigencia de la ciudadanía para que el Ayuntamiento tapatío haga algo, aunque se tome una deuda, siempre y cuando se elija con mucho cuidado la fuente de financiamiento y las condiciones a pagar, porque sino, al rato nos puede salir “lo comido por lo servido”.
Así, palabras más, palabras menos, iniciamos lo que yo acostumbro llamar el proceso de las DDD: Discurrir, Discutir y Debatir. Por supuesto que se trataba de una plática de amigos, en esa mesa no se iba a resolver nada, lo que es más, según pude saber después, el proyecto fue analizado y planeado por especialistas en varias materias, con lo que no contaron entonces –ahora lo sabemos- es el obstáculo que significaría el gobierno del estado o mejor dicho el gobernador Emilio González, quien ha declarado públicamente que “ese es su sistema” crear debate para llegar a consensos.
Rara forma de pensar y de actuar, pues para debatir es indispensable contar con argumentos, mismos que no en todas las polémicas que ha levantado le acompañan, luego entonces con ocurrencias no se debe gobernar, pero lo bueno es que finalmente sí tendremos nuevos pavimentos.
Síguenos en