México

“Tanto escándalo por un perro”

¿Qué escondemos detrás de todas estas reacciones?, Rechazamos la violencia, ¿y también la fomentamos?, ¿Somos justos y pecadores?, ¿Qué más nos puede impresionar?

Fue el mensaje que recibí luego de dar a conocer la noticia de la crueldad con la que unos adolescentes mataron a un perro  callejero en Tepic, Nayarit. Lo metieron a una bolsa, se lo llevaron a la casa de uno de ellos, lo golpearon, patearon y  dejaron lo que quedaba del pobre animal a dos pitbull que terminaron por rematarlo. Todo un caso de extrema crueldad que fue grabado y subido a internet y que como bola de nieve, refleja de nueva cuenta la adaptación y naturalidad con la que se puede tomar la violencia.

Y quiero afirmar que sí es un escándalo y de grandes proporciones por un animal que ahora es conocido por muchos como “Callejerito”. Después de revelarse el perturbador video, vino más violencia a través de las redes sociales cibernéticas donde se invitaba a ejecutar la ley del “ojo por ojo” a los responsables del hecho. Hasta este fin de semana las fotos, nombres, direcciones de sus domicilios, lugares que frecuentan y estudian, aparecen en varios sitios de la red con mensajes y dedicatorias igual de violentas que el acto que cometieron.

“Justicia para callejerito” es uno de los grupos en internet con más integrantes en estos momentos. 27 mil personas de México y otros países han emitido sus reacciones, maldiciones, amenazas, sugerencias para evitar estos actos, y otras acciones que crecen conforme transcurren las horas, desde la integración de un grupo internacional llamado “We demand justice for Callejerito”, hasta la invitación a una marcha el próximo 22 de mayo en la ciudad México,  con el fin de exigir a las autoridades la creación y aplicación de leyes para la protección animal.

Regresemos a Tepic. Una ciudad considerada hasta hace poco más de un año en la percepción ciudadana, como una de las más tranquilas del país, vive ahora inquieta y expectante por las recientes ejecuciones relacionadas con el narcotráfico y por estar ubicada en la geografía, justo en medio de dos importantes plazas para los delincuentes, Sinaloa y Jalisco. Además de este rojo escenario, está el crecimiento de actos de violencia entre la sociedad nayarita que pueden ser, si no es que ya son, el reflejo de lo que México vive y esconde a la vez. No olvidemos el caso de los cinco jóvenes torturados física y psicológicamente el pasado mes de octubre y ahora estos cuatro estudiantes de preparatoria que de la noche a la mañana se convirtieron en verdugos con terribles consecuencias: las familias de dos de ellos abandonaron sus casas y las otras dos son vigiladas las 24 horas por una patrulla de la policía municipal por temor a las represalias.

¿Qué escondemos detrás de todas estas reacciones?, Rechazamos la violencia, ¿y también la fomentamos?, ¿Somos justos y pecadores?, ¿Qué más nos puede impresionar?  No se usted, pero creo que en la actualidad es cada vez más difícil vivir sin evitar esa sensación de sentirse perdido.
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