México
Tancítaro: municipio fallido
El lunes fue encontrado muerto, salvajemente asesinado, Gustavo Sánchez Cervantes, un joven ciudadano que asumió la presidencia en diciembre del año pasado
Nadie quiere gobernar Tancítaro, y la verdad lo sorprendente sería lo contrario. Hace tiempo el municipio de Tancítaro, Michoacán, debería haber sido formalmente declarado municipio fallido, pero la clase política local se resiste. Juzgue usted si no hay razones suficientes.
El lunes fue encontrado muerto, salvajemente asesinado, Gustavo Sánchez Cervantes, un joven ciudadano que asumió la presidencia en diciembre del año pasado cuando los profesionales de la política local decidieron renunciar en grupo.
El 4 de diciembre, todos, el presidente municipal perredista, Trinidad Meza, el síndico y los siete regidores ya no aguantaron más. Tenían buenas razones: en septiembre de 2008 siete policías habían sido emboscados y asesinados por sicarios; a principios de 2009 fue secuestrado y asesinado Gonzalo Paz, secretario del Ayuntamiento, y poco antes de la renuncia secuestraron a familiares del síndico y del nuevo secretario municipal. Tancítaro ya había sido noticia, porque en marzo de 2009, por primera vez a nivel nacional, una clínica del Seguro Social fue cerrada durante cuatro días porque ningún médico ni enfermera querían ir de Uruapan a Tancítaro luego de que varios trabajadores fueran secuestrados y desaparecieran. Los servicios se reanudaron por órdenes del Presidente y con escolta de la Policía Federal.
Gustavo era síndico suplente y aceptó el reto en diciembre. Era un joven que daba clases de educación física en la escuela privada del pueblo y tenía una escuela de taekwondo. “Tenía muchas ganas de participar”, dicen quienes lo conocieron. Nos dijo entonces que no tenía miedo y así parecía. Tenía la certeza, supongo, de que la máxima “el que nada debe, nada teme”, era todavía de aplicación en su región. Parece que estaba equivocado. A Gustavo lo mataron el pasado lunes de una pedrada en la cabeza. Iba solo y sin ninguna protección, como siempre.
Hoy, y a pesar de todo esto, los partidos políticos reunidos en el Congreso local todavía esperan encontrar a un incauto que acepte encabezar el Gobierno municipal. Dicen que por lo pronto le toca hacerse cargo a la concejal jurídica del municipio, otra ciudadana sin preparación ni protección. ¿Por qué no asumen que sólo están exponiendo a ciudadanos bien intencionados al ponerlos al frente del municipio? Es obvio que no existen condiciones de gobernabilidad en Tancítaro y si el PRD local, sus diputados y el gobernador Leonel Godoy se niegan a aceptarlo, es porque consideran que políticamente no se vería bien que en su Estado se declare formalmente el primer municipio fallido del país. Aunque sea la pura verdad.
El lunes fue encontrado muerto, salvajemente asesinado, Gustavo Sánchez Cervantes, un joven ciudadano que asumió la presidencia en diciembre del año pasado cuando los profesionales de la política local decidieron renunciar en grupo.
El 4 de diciembre, todos, el presidente municipal perredista, Trinidad Meza, el síndico y los siete regidores ya no aguantaron más. Tenían buenas razones: en septiembre de 2008 siete policías habían sido emboscados y asesinados por sicarios; a principios de 2009 fue secuestrado y asesinado Gonzalo Paz, secretario del Ayuntamiento, y poco antes de la renuncia secuestraron a familiares del síndico y del nuevo secretario municipal. Tancítaro ya había sido noticia, porque en marzo de 2009, por primera vez a nivel nacional, una clínica del Seguro Social fue cerrada durante cuatro días porque ningún médico ni enfermera querían ir de Uruapan a Tancítaro luego de que varios trabajadores fueran secuestrados y desaparecieran. Los servicios se reanudaron por órdenes del Presidente y con escolta de la Policía Federal.
Gustavo era síndico suplente y aceptó el reto en diciembre. Era un joven que daba clases de educación física en la escuela privada del pueblo y tenía una escuela de taekwondo. “Tenía muchas ganas de participar”, dicen quienes lo conocieron. Nos dijo entonces que no tenía miedo y así parecía. Tenía la certeza, supongo, de que la máxima “el que nada debe, nada teme”, era todavía de aplicación en su región. Parece que estaba equivocado. A Gustavo lo mataron el pasado lunes de una pedrada en la cabeza. Iba solo y sin ninguna protección, como siempre.
Hoy, y a pesar de todo esto, los partidos políticos reunidos en el Congreso local todavía esperan encontrar a un incauto que acepte encabezar el Gobierno municipal. Dicen que por lo pronto le toca hacerse cargo a la concejal jurídica del municipio, otra ciudadana sin preparación ni protección. ¿Por qué no asumen que sólo están exponiendo a ciudadanos bien intencionados al ponerlos al frente del municipio? Es obvio que no existen condiciones de gobernabilidad en Tancítaro y si el PRD local, sus diputados y el gobernador Leonel Godoy se niegan a aceptarlo, es porque consideran que políticamente no se vería bien que en su Estado se declare formalmente el primer municipio fallido del país. Aunque sea la pura verdad.
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