México

Si Josefina fuera hombre

.

Si Josefina se llamara José el PAN ya tendría candidato.

La comparación de los perfiles políticos y trayectorias arroja una ventaja sustancial de parte de Josefina Vázquez Mota.

Ni Ernesto Cordero, ni Alonso Lujambio, ni Heriberto Félix, ni Javier Lozano tienen el reconocimiento que Josefina posee entre propios y adversos, mucho menos la cantidad de responsabilidades que ha asumido en los últimos 11 años: coordinadora de la campaña presidencial, titular de la Sedesol y la SEP, y coordinadora de la mayoría en la Cámara de Diputados.

A lo largo de estos puestos, Josefina se ha forjado una reputación de política capaz y confiable.

En 2006 fue “desplazada” de la coordinación de la campaña por oponerse a la propaganda sucia contra AMLO; en la SEP son memorables sus desencuentros con Elba Esther (aunque los terminara perdiendo por intervención de sus jefes); y la mayoría de las ONGs extrañan la política de apoyo y confianza que caracterizó su ejercicio en la Sedesol.

Sólo Santiago Creel, tendría una carrera  política equiparable, gracias a su paso por el IFE, por la Segob y por la coordinación del Senado.

Sin embargo, a diferencia de Josefina, Creel sigue siendo persona non grata para Los Pinos.

Ni Calderón parece dispuesto a perdonarle las ofensas durante la precampaña de 2005, ni los medios de comunicación han olvidado una presunta hostilidad del senador en su práctica legislativa.

Lo cual significa que  no hay mejor candidato que Josefina Vázquez Mota, salvo por un detalle: la misoginia del PAN. Las mujeres no lo tienen fácil en ese partido.

El PAN es el único de los partidos políticos grandes que nunca ha tenido una gobernadora mujer, ni el partido ha sido encabezado por una dama.

Desde 1989 los panistas han tenido 28 gobernadores, todos varones. Desde 1939 han elegido a 21 presidentes del partido, hasta el actual Gustavo Madero, nunca una mujer.

Felipe Calderón tuvo dificultades en diciembre de 2006 para completar la “cuota de género” al nombrar a su gabinete. “Los hombres del presidente” eran eso, puras corbatas.

Patricia Espinosa, fue arrancada de una embajada de mediana importancia una semana antes de la toma de posesión cuando se dieron cuenta que de las 21 carteras del primer círculo sólo tenían a tres mujeres (Josefina en la SEP, Beatriz Zavala en Sedesol y Georgina Kessel en Energía).

Cuatro años después, acompañan a la Canciller sólo dos mujeres: Consuelo Sáizar en Conaculta y Gloria Guevara en Sectur.

No sé si el PRI y el PRD sean menos misóginos que el PAN, pero al menos lo disimulan mejor.

El PRI ha tenido varias gobernadoras, desde Griselda Álvarez en Colima, en 1979-85, hasta la actual Ivonne Ortega en Yucatán, pasando por Dulce María Sauri y  Beatriz Paredes. Por su parte, el PRD ha tenido a Amalia García en Zacatecas y a Rosario Robles, interina, en el Distrito Federal.

A diferencia del PAN, los dos partidos ya han sido encabezados por mujeres.
El PRD por Amalia García y por Rosario Robles, de 1999 a 2003, y el PRI por Beatriz Paredes en los últimos años.

Presuntamente el PAN tendría que ser el partido con mayor conciencia de género. Después de todo es una organización de base urbana y de clases medias, de vocación más democrática y moderna (al menos empresarial) que sus contrapartes.

En teoría, al PRI le estorbarían sus orígenes rurales, el caudillismo y su disciplina vertical. Y por su parte, el PRD muestra una bipolaridad alarmante.

Rasgos machistas de la vieja tradición de las células comunistas, conservadurismos rurales en la visión de mundo lopezobradorista, todo mezclado con una apertura admirable hacia las causas de la mujer, casi militante, en la Ciudad de México.

Pero en conjunto PRI y PRD lo han hecho algo mejor que el PAN.

La carga ideológica conservadora, y su obsesión por los códigos familiares tradicionales han trasladado a la política todos los prejuicios en contra de los liderazgos femeninos.

Sólo recientemente, y restringido al Distrito Federal, Gabriela Cuevas y Mariana del Campo comienzan a romper este paradigma.

Se ve imposible la construcción de un adversario capaz de oponerse a Enrique Peña Nieto.
No sólo no hay con qué, tampoco queda tiempo ni recursos.

Algo debe hacer el PAN y ese algo podría ser Vázquez Mota, aunque se llame Josefina.
Ella podría ser una opción para combatir al PRI por otras vías y no en el terreno que les lleva tanta ventaja.

Una encuesta de “El Universal” publicada en septiembre revela que la mayoría de los votantes considera que México está listo para ser gobernado por una mujer.

De arranque, una candidata tendría el beneficio de la duda de parte de la población femenina.

En una de esas México sorprende como ya lo han hecho Brasil, Chile, Argentina y Panamá entre otros.

Se puede perder por las buenas o por las malas razones. La peor de ellas sería perder por empecinarse por un candidato débil, simplemente porque es hombre.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando