México

San Fernando

Cuando se choca dos veces con la misma piedra la sabiduría popular establece que quién lo hace es incompetente, por decir los menos

Cuando se choca dos veces con la misma piedra la sabiduría popular establece que quién lo hace es incompetente, por decir los menos. Hace algunos meses la noticia de una masacre de lesa humanidad recorrió el mundo: en un pequeño poblado del Norte de México fueron asesinados salvajemente un grupo de más de setenta migrantes a manos de delincuentes. La noticia cimbró a la estructura del gobierno mexicano que procedió a cortar la cabeza del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero. Los reclamos diplomáticos no se hicieron esperar al grado que ha sido uno de los momentos más vergonzosos de la política exterior de México, porque había razón en los reclamos y porque había muestras incapacidad en las autoridades.

Semanas después otra noticia recorre el mundo: en un pequeño poblado del Norte de México, San Fernando en el estado de Tamaulipas, son asaltados, secuestrados y asesinados más de ciento cuarenta personas que iban en busca de mejor futuro en los Estados Unidos. Salieron en Omnibus de México con destino a la frontera, según versiones de prensa, en su mayoría eran personas que irían a comprar un auto usado para importarlo a México. Fueron detenidos en San Fernando, en donde se encontraron con que luego de algunas semanas los grupos criminales seguían operando como si la masacre inicial no hubiera sucedido.

Las autoridades policíacas y las judiciales de México, a raíz de estos hechos son seguramente el hazmerreír en el mundo. No hay otra explicación a lo sucedido sino la incapacidad supina de los tres niveles de gobierno. Si lo reflexionamos con perspectiva, la muerte de tantas personas de esta forma, en otras circunstancias hubiera hecho caer a gobiernos, o hubiera producido la renuncia en masa de funcionarios, solo por vergüenza. Aquí por supuesto no ha pasado nada, ni un funcionario ha sido cesado o ha renunciado por pena. Salvo Cecilia Romero que luego fue premiada como secretaria general de un partido político.

Dos veces la misma piedra que mató a más de doscientas personas. Y dos cosas escuchamos al respecto: por una parte que ahora sí, que detienen a presuntos responsables. Pero parecen ignorar que no es cuestión policiaca sino de impunidad. Si se acabara la impunidad en San Fernando, en Tamaulipas y en México, no habría que hacer publicidad contra los enemigos de México. Porque estos son tanto los criminales como los funcionarios que los toleran y auspician.

Por eso el poeta Sicilia tiene la razón moral y la palabra precisa: Estamos hasta la madre de un sistema inoperante debido a la ineficacia y la corrupción. Estamos hartos de tropezarnos con la misma piedra. O mejor de que las torpezas cobren vidas inocentes.
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