México

¿Salvemos al soldado Manning?

Finalmente la hebra se rompió por lo más delgado: el embajador Pascual renunció, pero quizá sea substituido por uno peor...

Sea para salvar al soldado Bryan, por ser el único hijo sobreviviente de una pobre madre norteamericana y para mostrar el buen corazón del Pentágono, o para salvar al soldado Juan Pérez, sinaloense, por ser el hijo preferido y chiqueado de una abnegada madre mexicana, mostrando en toda su grandeza una mala leche espléndida en contra de estereotipos dominantes, el caso es que sendas películas se hicieron sobre el correspondiente rescate de un par de jóvenes en peligro de muerte: uno en Normandía y el otro en Iraq.

Pero ahora pienso en Bradley Manning, natural de Virginia y sabio computólogo, quien se halla encarcelado en pésimas condiciones por haberle dado un tremendo pisotón al Tío Sam: el paso a WikiLeaks-Assange de información que se generó con la idea de que tardaría al menos dos décadas antes de salir a la luz.

¡Cómo será de lamentable la situación de Manning, que hasta el vocero del Departamento de Estado, Philip J. Crowley, perdió la chamba por quejarse de ellas!

Parecía que el gran desarrollo técnico de la informática fortalecía aún más a los poderosos, mas una acción humana bien orquestada los dejó mostrando lo que no querían mostrar.
Lo curioso es que gobernantes de aquí y de allá hayan culpado del deterioro de la imagen y las relaciones de nuestros gobiernos al hecho de que se haya sabido lo que de nosotros dijeron, en vez de culpar precisamente al sistema proclive a decir lo que dice.

Recuerda a los gobernantes mexicanos que responsabilizan a quienes informan de los desgarriates nacionales de la mala imagen que México se ha ganado durante los últimos 10 años.

Finalmente la hebra se rompió por lo más delgado: el embajador Pascual renunció, pero quizá sea substituido por uno peor...

Comoquiera que sea, el soldado Manning sigue con la mirilla de los vengadores apuntándole. Al menos la cadena perpetua pende sobre su cabeza.

Han salido, claro está, muchas voces en su defensa. Sea cual sea la razón de su infidencia (búsqueda de notoriedad o riqueza, abominación por la prepotencia del Pentágono o coraje por los desmanes cometidos en Medio Oriente), el caso es que Manning se ha ganado muchas simpatías que se manifiestan de manera creciente en su propio país, en aras de lograr su rescate.

Sin embargo, hay que reconocer que el muchacho le jugó chueco a quienes depositaron su confianza en él. A eso se le llama traición, con lo cual tiene la opinión general en contra. Sea como sea, la comodidad no será la nota predominante de la futura vida de Manning, aunque con el tiempo las cosas tal vez se lleguen a revertir a su favor.

De cualquier manera ha mostrado heroicamente que aun la superburocracia imperial puede tener sus debilidades.
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