México
Revuelta de bandoleros
El Estado mexicano ha sido desafiado por bandas criminales a las que no ha sido posible someter por los métodos policiales
Las causas más visibles de la fuerza de los grupos criminales se pueden explicar en:
1. El crecimiento del consumo de drogas en Estados Unidos que genera flujos de efectivo enormes.
2. El crecimiento del consumo en México que produce luchas por el control de las redes de distribución de enervantes.
3. El creciente entrenamiento militar que reciben los sicarios, en buena parte por desertores de las fuerzas armadas.
4. El crecimiento en el tráfico de armas en la frontera con Estados Unidos.
5. La corrupción que ha infiltrado a la mayor parte de las policías municipales y locales.
6. La crisis endémica del sistema carcelario mexicano también tocado por la corrupción.
7. La fragilidad del sistema de justicia penal que permite altos grados de impunidad de hecho.
8. La indiferencia de las autoridades políticas ante el crecimiento de los hechos de enorme gravedad. Y el descuido por años en los servicios de inteligencia.
9. La capacidad de fuego creciente de las bandas criminales, por encima de los cuerpos de seguridad a los que enfrenta.
10. La vinculación de las bandas criminales con la delincuencia común que termina trabajando para ellas.
El resultado es devastador:
1. las policías en México son ineficientes para combatir al crimen organizado.
2. Las cárceles no funcionan como centros de readaptación, sino son centros de operación delictiva.
3. La corrupción ha llegado a los cuerpos del Ministerio Público y los jueces.
4. Los cuerpos leales y profesionales con los que el Estado Mexicano lucha contra el crimen no son suficientes.
5. La acción política ha sido titubeante y enfocada a percepciones más que a resultados estructurales.
Por eso cuando un gobierno extranjero dice que México es incapaz de defender la integridad y la dignidad de los migrantes, tiene toda la razón; no porque sean migrantes, sino porque tampoco es capaz de defender la de los propios mexicanos. Para resolver los problemas hay que reconocer que existen y establecer su dimensión. El hecho es que una parte del estado no funciona y hay que reformarlo urgentemente, que los encargados de hacer valer la ley no pueden aplicarla a cabalidad y por eso hay que cambiar las estrategias para ser más profundos y contundentes. Esto no es una guerra, sino una revuelta de bandoleros que amenazan la vida civil, porque las instituciones de seguridad y justicia no funcionan. La solución está en hacer cambios con mano firme para hacer valer la ley. Labor que requiere tiempo y patriotismo.
Síguenos en