México
Responsable de la investigación contra Maciel deja El Vaticano
En abril de 2005, Scicluna viajó a México y Estados Unidos, donde se entrevistó durante horas con las víctimas de Maciel para recopilar sus testimonios de primera mano
La sala de prensa de la Santa Sede informó que Charles Scicluna, hasta ahora "promotor de justicia" de la Congregación para la Doctrina de la Fe -una especie de fiscal para los delitos graves de los sacerdotes-, fue designado este sábado obispo auxiliar de Malta.
El presbítero, nacido en Canadá en 1959 pero de orígenes malteses, es recordado en México porque condujo personalmente el proceso por abusos sexuales a menores contra el fundador de los Legionarios de Cristo según el derecho canónico (la ley fundamental de la Iglesia).
En abril de 2005, Scicluna viajó a México y Estados Unidos, donde se entrevistó durante horas con las víctimas de Maciel para recopilar sus testimonios de primera mano.
Esas declaraciones sirvieron para aplicar una sanción contra el sacerdote mexicano en mayo de 2006 y para que el Papa ordenara una reforma profunda a los Legionarios de Cristo, como consecuencia de los actos inmorales de su fundador.
Pero ese no fue el único caso que el fiscal atendió. Desde el año 2001, cuando llegó a Roma para trabajar con el cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Doctrina de la Fe, condujo más de tres mil investigaciones canónicas contra sacerdotes acusados de abuso.
Además del proceso a Maciel, destaca la condena del poderoso sacerdote chileno Fernando Karadima o la del ex obispo de Brujas, en Bélgica, Roger Vangheluwe.
Fue el oficial vaticano que más insistió para que los obispos asuman su responsabilidad en evitar la comisión de delitos sexuales por parte de personas ligadas a la Iglesia, incluso en reuniones en las cuales indicó a los prelados sus errores.
A instancias suyas, la Sede Apostólica pidió a todas las conferencias episcopales del mundo redactar sus respectivas líneas-guía de prevención y combate a los abusos sexuales.
Por todas estas razones su traslado fue interpretado por algunos vaticanistas como una "remoción" inexplicable, un verdadero "tiro en el pie" para el pontificado, incluso se llegó a imaginar la presión de algún personaje poderoso tras su salida de Roma.
La situación en Malta es "desesperada", con graves problemas para el arzobispo Paul Cremona. Tanto que llevó al Papa a mandar allí a uno de sus mejores hombres.
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